Con pico y pala en mano, nuestros hermanos de Villavicencio nos contagian de la fiebre constructora

Quizás algunos se preguntarán en que andarán ahorita esos hermanitos de Villavicencio. Pues para que tengan la primicia les comunicamos que ya hemos iniciado la construcción de los Salones Parroquiales de nuestra ‘Catedral’.

Como lo manda el Señor, los religiosos debemos colaborar siempre en unión con la Iglesia Diocesana, por eso cuando llegamos a esta ciudad, hace poco más de cinco años, lo primero que hicimos fue saludar a monseñor Octavio Ruiz Arenas, que ahora se encuentra en Roma, y expresarle nuestro deseo de implantar una comunidad en su diócesis, si él nos lo permitía. Además quisimos que monseñor también nos orientara sobre la zona adecuada para realizar nuestra actividad y fue él quien nos propuso esta zona en la que vivimos actualmente, por ser un barrio pobre, aunque bastante tranquilo y con mucha juventud a la que atender.

Al principio, nosotros no queríamos tener parroquia, pero al vivir en el barrio pronto descubrimos que un solo padrecito era el párroco de dos parroquias y enseguida nos pidió nuestra colaboración. Al año siguiente ese padrecito fue trasladado a un pueblo y los mismos fieles nos animaron a coger la parroquia.

Así fue que como nos convertimos en los párrocos de ‘San Marcos’.

El templo, tenía unos 50 metros cuadrados, estaba construido con unos palos medio carcomidos y el techo eran tejas de zinc en muy mal estado. ¡Creo que hasta al mismo San Francisco se le habría caído el alma al suelo al ver la situación! La participación era muy escasa (unos 20 fieles los domingos) y las iglesias protestantes habían invadido toda la zona. Y allí comenzamos a trabajar, casi con las uñas, pero con una ilusión y una fe muy grande.

Después de cuatro años de gestión pavoniana, hemos construido un templo un poco más digno, aunque humilde aún, que seguramente habéis visto en varias fotos y al que el padrecito Vittorio le puso el sobrenombre de “La Catedral”, que tiene sacristía y hasta despacho. Y la participación ha crecido enormemente: Este año contamos con 30 acólitos, cien niños inscritos en la catequesis de primera comunión, 55 jóvenes en confirmación, diez catequistas, el grupo de la infancia misionera, el grupo de oración, la escuela bíblica, el grupo de liturgia, el grupo de pastoral social, el coro infantil y el grupo juvenil. Todos los días hay misa y los domingos hay tres eucaristías a las que asisten unas 300 personas. La gente está muy contenta con nosotros.

Nosotros nunca hemos tenido prisa por construir el templo, pero los fieles han trabajado duro a través de festivales, bingos, bazares, fiestas de integración familiar, donativos y la ofrenda diaria, para ver su sueño hecho realidad.

Después de cuatro años de ahorro, hemos conseguido tener unos pesitos que nos vamos a gastar en el inicio de la construcción de los salones parroquiales. Con lo que tenemos ahorrado solamente nos alcanza para los cimientos y quizás algo del primer piso, pero “confiamos en la Divina Providencia que nunca abandona a los que se fían de ella”.

Por cierto, si alguien que lea esta página, quiere colaborar en la construcción le informamos que puede depositar su donativo en nuestra cuenta pero señalando que es para la parroquia san Marcos.        

En las fotos les mostramos cómo es la “catedral” en la actualidad y cómo va a quedar cuando se termine totalmente (redonda, ecológica, con jardines interiores, etc.), aunque eso no se si lo verán nuestros ojos. Por ahora soñemos con construir los Salones Parroquiales,… ¡Apuesto que será en este año… con la ayuda de Dios… y la de todos ustedes!


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