Finalmente nos llegaron las fotos de la ordenación, aunque no son las

 

 

Para mi, la ordenación sacerdotal ha sido un opción vocacional. Me he consagrado a la causa del Reino en el ejemplo de Ludovico Pavoni, el amigo de los jóvenes y de los pobres.

Ha sido un momento muy significativo en mi vida, donde se han  dado cita los sentimientos de alegría, de servicio a Cristo en los últimos, la esperanza, y también el miedo a no dar la talla, a que mi opción se vuelva monótona, a buscar otros intereses que no tengan nada que ver con lo que intento testimoniar... además de los nervios, que casi en un momento culminaron en llanto. Pero sobre todo fue un momento para colocarme en las manos de Dios, diciendo en mi interior: ‘me abandono en tus manos Señor, me confío en ti, moldee  mi vida a pesar de mis miedos y temores ’.

A pesar de la solemnidad de la ocasión, junto con las felicitaciones, abrazos, bendiciones y reconocimientos de desde el cardenal, en adelante, lo más importante que destaqué, sin quitar su importancia eclesial, fue la opción por ser fiel  a Cristo, como Pavoni, que con esa fidelidad respondió a los retos y desafíos de su época. Hoy nos corresponde hacer lo mismo, para que también nuestra época se libere de muchas ataduras y pueda responder concientemente a al amor de nuestro tierno Padre Dios.

Gracias  a todos que me recordaron y me encomendaron en sus oraciones y plegarias, porque en realidad sino esta Dios ahí en nuestra labor ministerial, todo puede caer en  nada.