Breve crónica de lo mucho vivido en Valladolid el fin de semana pasado

Digo breve, porque es imposible recoger en unas líneas todo lo vivido, descubierto, sentido... en la convivencia de los grupos Saiano en Valladolid, el pasado fin de semana del 14-16 de noviembre de 2008. Las expectativas y objetivos creemos que se han cumplido satisfactoriamente. Desde la película "El guerrero pacífico", que creo que fue muy significativa a la vez que profunda, hasta la emotiva despedida en el patio de coches del Colegio. El objetivo era entender y captar que ser Saiano y pertenecer a un grupo pavoniano, es mucho, e imprime un carácter especial y propio. Cada uno somos únicos e irrepetibles, pero muchas veces nos dejamos llevar por falsificaciones como nos decía Lola, y somos tipos "clonados". La convivencia 2008 ha querido ser un canto a la originalidad, a la distinción, a lo auténtico. Un creyente, no es alguien más. Ha sido marcado desde el bautismo, desde la fe, desde el grupo de fe... y eso se tiene que notar. Todo el proceso ha sido cuidado con esmero.

"Cavó la viña, plantó las cepas, hizo en ella un lagar, la cuidó con mimo..." decía Isaías. El sábado por la mañana, después de situarnos y armar entre todos el racimo de la convivencia, fuimos a Cigales a ver la viña de los Camazón y a ver una bodega. Gracias Ana Isabel y Paco por el cariño que pusisteis en esta actividad, facilitándonos todo. Hay detalles ante sólo cabe decir "gracias", que Dios os premie vuestra preocupación. Posamos en la viña, en las cepas y en la bodega. Degustamos las uvas e hicimos una simbólica "vendimia".

Pero lo mejor fue por la tarde. Salva, Sonia, Marta y Dani pisaron las uvas para todos. Unos 20 litros de mosto contabilizó Carlos. Y nuevamente a la Denominación. Rasgos, características del vino Saiano, un vino joven, noble, con cuerpo, con carácter, lleno de sorpresas, un vino arriesgado y generoso, y sobre todo alegre y vivaz, tal y como quería el Fundador de las bodegas, decía un grupo. Nos quedó la cata, pero la haremos en la Pascua sin duda.

A todos nos sorprendió el grupo de 43 monjas Clarisas que nos recibieron en Cigales por la tarde. Allí compartimos con ellas el canto, la oración y sobre todo la experiencia de la vocación y de la llamada. Las barricas del Espíritu, llamamos a este lugar que nos costó un poco encontrar, como todo en este día.

Y por la noche el gran partido de fútbol en el cual Carlos quedó lesionado. Son los gajes del oficio, que nos recordaban uno de los mensajes de "El Guerrero Pacífico", y es que el guerrero también es vulnerable, no es Superman, y sufre las consecuencias de las heridas. Ánimo Carlos, estamos contigo en el hospital.

Por la mañana, el domingo reflexionamos sobre lo auténtico y lo inauténtico. Descubrimos cuántas falsificaciones, cuántas apariencias, cuántas cosas poco originales hay en nuestro entorno, y sobre todo la urgencia de ser auténticos, de ser de los que ponen en juego los talentos, con responsabilidad, sin conservar nada, sino arriesgándolo todo.

Después de la eucaristía, nuevamente excursión para ir a ver a Carlos, esta vez al Hospital Clínico. Le encontramos en perfecto estado de ánimo, pero con la pata chunga. Alegramos el pasillo del hospital y las enfermeras se quedaban asustadas. Nos dijeron que si habíamos dejado vacío un colegio o algo así. Menudo tráfico, pero no podía ser de otra manera. Allí dejamos al Guerrero, en espera de cirugía.

Nos despedimos, algunos/as con lágrimas, con la conciencia de haber vivido una experiencia única en su especie, contentos e ilusionados de llevarnos algo importante a casa. Saiano tiene Denominación de Origen. Merece la pena vivirlo y contarlo. Gracias a todos lo que hicisteis posible esta hermosa experiencia. Nos vemos en la Pascua: "Hasta la última gota".

Nos queda ahora celebrar la fiesta de la Inmaculada, una fiesta tan querida por Pavoni. Y celebrarla con esa Denominación de Origen que hemos recibido, cada uno en su comunidad, sabiendo que entre todos establecemos una gran comunión, que estamos unidos en el regazo de nuestra querida Madre María.