Los laicos asistentes al Capitulo piden “construir y construirnos juntos”

      Con la conciencia de haber vivido una experiencia única, hemos despedido hoy 13 de julio, a los laicos colaboradores, que desde el 11 de julio han participado con los hermanos y laicos capitulares en una Sesión Abierta. Esta forma de participación, es la primera vez que tiene lugar en nuestra historia capitular. Desde el viernes hasta el domingo, han participado en los trabajos capitulares 22 laicos colaborares de los pavonianos, procedentes de todas las comunidades de Italia, aportando al Capítulo general su punto de vista y su experiencia de relación con la Congregación.

El Superior general, después de una calurosa bienvenida, hizo una breve relación sobre le camino de la Familia pavoniana y la aportación de los laicos, y enseguida nos pusimos a trabajar, divididos en grupos, intentando responder a las cuestiones que nos fueron planteadas desde el Consejo de Presidencia: qué esperan los laicos de los religiosos y viceversa, qué actitudes pueden favorecer esta relación, qué propuestas pueden servir para seguir creciendo en participación y corresponsabilidad en la misión pavoniana… Con voz clara y firme, los laicos nos han dicho a los religiosos que necesitan de nosotros, del carisma que también les pertenece, que quieren ser cristianos siguiendo las huellas de Pavoni, que quieren que nos “reapropiemos” de nuestra misión entre los jóvenes. La puesta en común ha resultado muy enriquecedora y clarificadora. Las aportaciones han sido muy interesantes y hemos descubierto en el grupo italiano, al cual pertenecían los participantes en esta Sesión Abierta, grandes potencialidades y posibilidades. En la Eucaristía del Domingo, en la Iglesia parroquial de Zoanno, hemos dado juntos gracias a Dios por esta presencia tan significativa en nuestra Familia. Al final de la Eucaristía, como signo y recuerdo de esta experiencia ha sido distribuido un icono de las Bodas de Caná, pasaje evangélico al que hacen referencia los trabajos capitulares.

            Después de la comida fraterna y los saludos, hemos tenido la tarde libre, para conocer la zona y para despejar la mente, momento que algunos han aprovechado para visitar las hermosas montañas y los valles que nos rodean.