José Luis, desde la web te decimos ¡hasta siempre!

Ayer 28 de mayo, fiesta litúrgica de Ludovico Pavoni, despedíamos a José Luis Jover Martínez, miembro asociado de nuestra Familia pavoniana y Animador del núcleo de Albacete. Vio la luz en Almansa (Albacete), un 6 de marzo de 1946, hace 62 años, hijo de Luis y Mª Salomé. Siempre guardó hacia sus padres, y hacia la Virgen de Belén patrona de Almansa, un cariño singular que supo transmitir a los cinco hijos que tuvo con Mª Belén Martí Vizcaíno, Mª Belén, Javier, Salomé, José Luis y Pedro.

Trabajó muchos años en la Caja Castilla La Mancha, pero su ocupación principal fue siempre la familia. A ella dedicó todos sus esfuerzos e ilusiones. Nos decía en Brescia, en el IIº Encuentro Interprovincial de la Familia Pavoniana que hacia su esposa Mª Belén profesaba una devoción y admiración especial (insertamos abajo como documento el testimonio que hizo en este IIº Encuentro de la FP). En el 2000, también en Italia, recordábamos 25 años de amor y de fidelidad. Realmente, como pareja han sido modelo de amor en los pequeños detalles, de diálogo, de unión y de educación de los hijos. Decir José Luis, era decir Belén, y decir Belén era decir José Luis. Ha sido este hermano, un buen esposo y un mejor padre, que es para nosotros una referencia.

Y en esta conciencia de familia, nos ha dejado como Familia pavoniana el mejor regalo: su constancia, su tenacidad, su fidelidad y su sentido de familia. Desde que nos conoció, se puede decir que José Luis daba la vida por todo lo pavoniano. Era, junto con Belén, asiduo en todas las Asambleas y reuniones, casi desde el principio. El primero en todas las reuniones e iniciativas, un Animador nato, crecido y madurado en el corazón de la Congregación. Todos le hemos oído contar la historia de cómo nos conoció, a cambio de una bombona de butano, y de cómo se esforzó por suscitar iniciativas de apoyo a los menores en la actividad naciente de Albacete, con visitas, salidas, fútbol, acompañamiento a los chavales y el apoyo en el Chiringuito. Por elección del Gobierno provincial, por su fidelidad y disponibilidad, participó en el último Capítulo general hace seis años, aportando lo mejor de sí mismo y de su experiencia como familia, y haciendo un esfuerzo ímprobo por entendernos incluso en italiano.

Fue también José Luis siempre junto a Belén, miembro activo del movimiento Encuentro Matrimonial hasta el final, donde se distinguió por el amor a su grupo y por la participación en todas las iniciativas de esta comunidad. Aprendió en Encuentro la importancia del diálogo y fue regalo para todas las parejas que le conocieron.

En la mañana del día 27, después de una breve enfermedad, nos dejaba a todos un poco huérfanos, y ayer le despedíamos con la conciencia de que sigue entre nosotros, de que todo lo bueno que él sembró entre nosotros no se puede perder. Él camina y hace familia con nosotros desde orilla de Dios. La iglesia del Espíritu Santo estaba a rebosar, con los bancos llenos y mucha gente de pie. En los primeros, Mª Belén con sus hijos y con los hermanos de José Luis, y con ellos la Familia pavoniana, los que vinieron de Cáceres, de Zaragoza, de Madrid... Concelebrando con Miguel Ángel, nuestro Provincial, otros once sacerdotes de la Congregación, de Encuentro Matrimonial y de la parroquia. Todos vivimos este momento, como un momento pascual, en el que el Señor se hizo caminante con nosotros para que lo reconociéramos al partir el pan. Sin duda, las personas morimos como hemos vivido. Y José Luis se fue rodeado del afecto, del cariño y de la simpatía de mucha gente. Para nosotros como Familia, su vida y su camino han sido un regalo. Sabemos que contamos con un intercesor cerca del Padre, sabemos que hemos ampliado nuestra Familia en la Iglesia del cielo, y que José Luis vive con esta Familia, con Ludovico Pavoni y todos los pavonianos que han muerto, en la paz y en la alegría de Dios.

Descansa en la paz de Dios, José Luis, y comunícanos esa paz. Sigues entre nosotros. Gracias por tanto amor como pusiste en los tuyos y en nosotros.