Con algunas informaciones y una reflexión sobre la misión pavoniana en el mundo

Queridos hermanos, religiosos y laicos de la Familia pavoniana:

Escribo esta carta después de la experiencia de los ejercicios espirituales. Hemos estado reflexionando sobre la alegría, la felicidad…, hemos repasado los diversos aspectos de este estado de ánimo que todos buscamos durante nuestra vida. Partiendo de la Palabra de Dios y del ejemplo de María, hemos llegado a la conclusión de que la fuente de la alegría está en el encuentro personal con Cristo, que nos abre a la donación total a los demás, dejándolos formar parte de nuestra vida y llevándolos en nuestro corazón. Esto mismo nos lo repite con insistencia el Papa Francisco en la Evangelli Gaudium. Adquirir, poco a poco y día tras día, las actitudes de Cristo y estar dispuestos a compartir su destino, es decir entregar la vida por los demás, especialmente por los que más nos necesitan. Esta es la fuente de la verdadera alegría. Es la pasión por Dios y la compasión por los hombres lo que abrasa el corazón, lo que se contagia y va construyendo un mundo más fraterno y, por lo tanto, más feliz. No puedo pensar: si yo soy feliz, los demás que se apañen. No puedo ser feliz yo, sabiendo que hay tanta gente que es infeliz y sufre demasiado.

En estos días ha llegado a Italia, procedente de Eritrea, el  p. Simón Teklesenbet; permanecerá en Italia al menos un año, en la comunidad del Casaleto de Roma, y asistirá a  un curso para formadores; de esta manera, cuando vuelva a Eritrea, podrá ser de gran ayuda en la formación. Al mismo tiempo, ha llegado a la comunidad de Monza el H. Reinaldo: aunque él es originario de Timor oriental, pertenece a la comunidad de Antipolo en Filipinas. Hará el año de “tirocinio” (formación permanente), para enriquecimiento personal y comunitario. También en el mes de julio, ha llegado a España el p. Juan José Arjona desde Colombia. Después de algunos años fuera de las comunidades pavonianas, se incorpora a la comunidad de Cáceres. Pidamos por él, para que, retomando sus motivaciones, pueda contribuir a la construcción del Reino de Dios con el corazón de Pavoni.

A primeros de septiembre, harán la primera profesión religiosa dentro de la Congregación cuatro novicios Eritreos: son una riqueza y una gracia para nuestra familia, y para la sociedad y la Iglesia de aquel país. Acompañémosles con nuestra oración.

El 25 de agosto, el joven Nigeriano Macdonald se ha incorporado al noviciado internacional en Filipinas; a él también lo acompañamos con nuestra oración.

El próximo mes de enero, convocaré el Capítulo general que se celebrará, Dios mediante, en Ponte di Legno en julio de 2020. Llegará en este mes de septiembre a las comunidades, para religiosos y laicos, un documento sobre el que ir trabajando en la preparación. Todos estamos implicados en este acontecimiento, no es el Capítulo de los superiores, sino de toda la familia. El futuro está siempre en manos de Dios, pero nosotros debemos labrarlo con nuestras aportaciones. Espero y deseo que todos participéis con empeño y entusiasmo en su preparación.

En las dos últimas cartas he compartido con vosotros, algunas reflexiones sobre la vida de consagración, la vida de oración y la vida de fraternidad. En esta carta, quiero reflexionar sobre nuestra misión. Son reflexiones, que no tienen la pretensión de ser exhaustivas ni servir de juicio sobre nuestra situación, sino antes bien ayudarnos a caer en la cuenta de nuestra situación y animarnos en nuestra entrega a la misión, que a través del carisma nos ha dejado nuestro Santo Fundador, y que nosotros debemos desarrollar con una fidelidad creativa.

 

Nuestro carisma y misión

 

“Cuidado especial de esta Religiosa Congregación deberá ser la educación de los pobres desamparados hijos del pueblo bajo y de los desamparados sordomudos” (CP 121). “Por el bien de la pobre juventud se han adoptado todos los medios de educación que se consideren oportunos, según las circunstancias y los lugares donde la Religiosa familia extienda sus caritativos brazos;  nada se debe escatimar con el fin de ganar estas almas para Dios” (CP IG)

“Reconocer que “hacer que los jóvenes encuentren a Jesucristo” es nuestra misión prioritaria, que exige discernimiento y creatividad en las programaciones y la implicación de todos los colaboradores. Volver a hacerse dueños de la pasión educativa del Fundador y de su intuición sobre el valor de la formación a través del trabajo como medio de dar dignidad.” (DC 41. 2.2)

“In­spirándonos en cuanto él realizó, nos dedicamos a la difusión del mensaje de Cristo y de una sana cultura, a través de la actividad editorial y de los de­más medios de comunicación social” (RV 191).

“Las ansias y fatigas en la fundación y desarrollo del Instituto no apartaron al Fundador del ministerio pastoral, ejercitado con tanta asiduidad y celo en la iglesia de San Bernabé, que le fue encomendada. Por lo cual, estamos abiertos a este género de apostolado, ofre­ciendo, conforme al carisma pavoniano, nuestra colabora­ción a las Igle­sias particulares, también en los países en vías de desarrollo”. (RV 1q92)

 

Nuestras actividades como expresión del carisma

 

Tengo que dar gracias a Dios, junto con todos vosotros, porque recorriendo nuestras comunidades y actividades, veo que la misión heredada a través del carisma del Fundador se está realizando, mediante actividades en favor de los muchachos y jóvenes más necesitados. Estamos dando nuestra aportación en el ámbito escolar, a través de colegios y escuelas profesionales. Creo que nuestra familia no puede dar la espalda a esta realidad donde los muchachos y jóvenes pasan tanto tiempo. Es un espacio privilegiado para encontrarse con ellos, escucharles, acompañarles y hacerse compañeros de su camino, siendo así presencia de un Dios Padre enamorado del ser humano. Estamos con los jóvenes, que están pasando un período difícil de su vida y han caído en la adicción al alcohol, a las drogas o tienen otro tipo de dependencias. Para ellos creamos ambientes de acogida y acompañamiento en un clima familiar que nos caracteriza. Para acompañar a niños y adolescentes con problemas familiares, hemos creado los hogares tutelados (albergues en Méjico). Son ambientes, donde los chicos pueden encontrar un espacio para crecer como personas. La mayoría son residenciales; tenemos la de Roma, que es abierta y punto de encuentro y acogida para todos los que lo necesitan, sin distinción de raza o religión. A través de los Centros de agregación juvenil (CAG), de los centros de tiempo integral, de los cursos de profesionalización y del Centro de formación al trabajo (GFL), intentamos dar una formación humana y profesional a nuestros chicos, ayudarles a adquirir hábitos de estudio y de trabajo, ayudarles a ocupar el tiempo libre y a retomar su puesto en la familia y en la sociedad. No hemos olvidado la predilección de nuestro Fundador hacia los sordos, y así, en Brasil, en Burkina y en Asmara, estamos acompañando y ayudando a estos muchachos y sus familias. Para los jóvenes que vienen a las ciudades de Génova o de Monza y Milán, por motivos de estudio o de trabajo, ofrecemos residencias donde los jóvenes pueden encontrar un ambiente tranquilo y familiar y a veces también propuestas formativas en el campo cultural o religioso. Para dar respuesta a  los jóvenes “diversamente hábiles”, ha nacido en Montagnana la cooperativa “Crescere Inssieme” (crecer juntos), que garantiza a estas personas un seguimiento personal y grupal, y se convierte en un recurso fundamental para vivir, una vez que los padres ya no existan.  GMA (grupo misiones África) es una ONG ligada a la Congregación, que está llevando a cabo proyectos en Etiopía y en Eritrea. Para sostener nuestros proyectos fuera de Europa, contamos con la Asociación Pavoniana de Solidaridad (APAS), coordinada con dedicación y empeño loable por Pedro Garbagna. Se desarrolla, en todas las partes donde estamos, una pastoral juvenil y vocacional con actividades y propuesta que ayudan a los jóvenes a encontrar su misión y su puesto en la vida. A pesar de las dificultades en este sector, seguimos estando presentes en el mundo de la cultura y la difusión de la buena prensa a través de nuestra Editorial “Ancora”, de la tipografía y de la cadena de librerías. No hemos olvidado la sensibilidad del Fundador hacia el ministerio pastoral, estamos también colaborando con la Iglesia a través de la presencia en diversas parroquias, las cuales se distinguen por nuestra labor con niños y jóvenes, a través de la formación catequética y la labor en los Oratorios. No podemos descuidar a nuestros hermanos ancianos y enfermos; para ello, unas comunidades ayudadas por laicos, ofrecen los cuidados y atenciones que nuestros hermanos necesitan.

He querido hacer un recorrido por nuestras actividades para que todos sepamos cuál es nuestra realidad, y nos demos cuenta del bien que nuestro carisma está haciendo en el mundo. No es para enorgullecernos, pues somos instrumentos en las manos de Dios, sino para alegrarnos y animarnos, y para que se nos quite ese pesimismo, que a veces nos invade, y cierta desestima que tenemos, religiosos y laicos, hacia nuestra propia familia. No somos muchos, ni hacemos grandes cosas, pero el mundo es un poco mejor gracias también a nuestro carisma y a nuestra acción generosa.

 

Aspectos que debemos mejorar

 

Es evidente que he visto también algunos aspectos que, a mi modo de ver, deben mejorar:

-          Nos cuesta entender a los jóvenes de hoy, aceptar su mentalidad, sus valores, su lenguaje, sus actitudes. Esto a veces nos lleva a juzgarlos y a no captar los aspectos positivos que tienen, y de los cuales podríamos aprender; así como  a cierta cerrazón para aceptarlos, acogerlos y darles espacios donde puedan expresarse. A veces, sentimos también que no estamos en condiciones ni preparados para entrar en su mundo, y poco a poco nos vamos alejando de ellos, llegando a pensar que son molestos y nos desestabilizan. Con esta actitud es muy difícil seguir “concibiendo en ellos las más bellas esperanzas”;

-          Pienso que en algunas realidades, los religiosos nos hemos alejado demasiado pronto del contacto directo con los muchachos y jóvenes, y cuanto más tiempo pase, más difícil se nos hará estar con ellos. En algunos casos hemos delegado en los laicos esta labor, y nosotros nos hemos dedicado a labores pastorales o de gestión, cosas todas necesarias, pero que poco a poco nos alejan de nuestra misión principal que es: compartir la vida y el tiempo a favor de los muchachos y jóvenes más necesitados. Estemos atentos, porque esta tentación siempre nos puede acechar;

-          La colaboración entre los religiosos, y de los religiosos con los laicos, nos cuesta bastante. A veces percibo que los religiosos nos posicionamos como los que dan trabajo a los laicos, y los laicos ven a los religiosos como los jefes. Nos falta hacer un camino juntos, unidos por el mismo carisma para el bien de los muchachos y jóvenes. Falta una sinergia y una formación conjunta para sentir la pavonianidad como algo que nos une. Debemos reforzar la confianza entre nosotros, sabiendo que sumar aporta más beneficios que restar o dividir. He escuchado, de boca de algún laico colaborador nuestro, que los religiosos no hacen nada, que son un obstáculo o una rémora para las actividades; creo que eso no es verdad y es muy injusto. Hay religiosos que han dado su vida en estas actividades, y otros muchos que, en la medida de sus posibilidades, lo siguen haciendo. Pienso que, la que garantiza la sostenibilidad jurídica y económica de las actividades, es aun la Congregación, y es aquella a la cual se le piden responsabilidades. Ayudémonos recíprocamente a ser una presencia pavoniana significativa en el mundo juvenil;

-          Tenemos problemas, a nivel económico, para llevar adelante todas nuestras actividades y, también, para dar un futuro sostenible a nuestras presencias fuera de Europa. Las ayudas y subvenciones, a veces no llegan, y a veces son insuficientes. Debemos hacer un proyecto y una planificación real y sostenible a corto y largo plazo teniendo en cuenta los recursos humanos y económicos de que disponemos. No podemos seguir viviendo para gestionar emergencias, sino para soñar caminos nuevos. No debemos cerrar para morir, sino morir para resucitar con más fuerza. Debemos estudiar un plan de inversión fuera de Europa, que pueda garantizar la expansión del carisma y su futuro;

-          En algunos lugares, los religiosos no estamos en disposición de gestionar obras complejas y estructuras grandes, debido a la falta de preparación, a la  edad, o alguna enfermedad… Pienso que ha llegado la hora de dejar en manos de los laicos esta tarea, apoyados por nosotros, y algunos comenzar algunas presencias nuevas, más ágiles, con menos estructuras que gestionar, haciéndonos compañeros de viaje de los jóvenes más necesitados, desde un talante familiar que nos debe caracterizar. A este respecto debemos discernir cuáles son hoy los jóvenes más necesitados, las nuevas pobrezas, los nuevos desafíos (inmigrantes, menores no acompañados, jóvenes en paro, parejas jóvenes, presencia en la Amazonia impulsados por el próximo Sínodo…). Debemos explorar el trabajo en red, la colaboración con otras Congregaciones u otros entes religiosos o civiles que trabajan en el campo juvenil;

-          Tenemos una tarea pendiente: reforzar a nivel de recursos humanos las nuevas presencias; en ellas hay una posibilidad real de expansión del carisma, gracias a las vocaciones que el Señor nos manda. No me canso de repetir que si algún religioso o algún laico quiere dar algún año de su vida en estos nuevos proyectos, puede hacerlo. No tengamos miedo, quizá el Señor nos está indicando este camino.

 

Agenda del mes

 

6: Formación para profesores y educadores de la provincia Italiana en Brescia;

8: Primera profesión de los novicios Eritreos;

-          8: Meeting del GMA en Montagnana con el lema: “CITTADINI DI MONDI POSSIBILI”. Ripartiamo dai diritti dell’infanzia. (Ciudadanos de mundos posibles – Salgamos de nuevo desde los derechos de la infancia).  Es una oportunidad para conocer y amar el GMA y la labor que está haciendo en África.

-          15: Celebración de acción de gracias en Brescia por los 50 años de profesión religiosa del p. Lorenzo, del p. Carlo Baldessari y del p. Mario Borghi.

Pido disculpas por la extensión de esta carta. Hay hermanos que me piden que sea más breve; por desgracia, no tengo capacidad de síntesis. Tened paciencia conmigo.

Pongo el camino de nuestra familia bajo la protección de la Virgen Inmaculada, nuestra querida Madre, y de nuestro Santo Fundador, Ludovico Pavoni, y deseo un buen comienzo de actividad a todos aquellos que lo están haciendo.

Un abrazo fraterno y siempre agradecido

                                                                                  Ricardo Pinilla Collantes

Tradate, 2 de septiembre de 2019