Sobre la llamada a la santidad y la visita del p. General a Brasil

Queridos Hermanos, religiosos y laicos de la familia pavoniana:

El mes de noviembre es un mes en el cual recordamos a nuestros difuntos. Pido que, en todas las comunidades y núcleos de Familia pavoniana, se celebre una Eucaristía recordando a todos los miembros de la Familia pavoniana que han muerto: familiares, religiosos y laicos pavonianos, bienhechores, amigos y colaboradores, muchachos y jóvenes difuntos, para que el Señor les conceda el descanso eterno, y puedan, desde el cielo, guiar nuestros pasos en compañía de nuestro santo Fundador, Ludovico Pavoni. La Familia pavoniana no se agota aquí en la tierra, sino que tiene su continuación en el cielo, en la orilla de Dios. Tenemos la certeza de que, los que nos han precedido, están cerca de Dios y son nuestros intercesores ante él.

El mes de noviembre es, también, el mes en el que conmemoramos a todos los santos. Esta solemnidad nos recuerda que la vocación de todo hombre, y también la nuestra, es la santidad, y que somos responsables los unos de los otros en este camino hacia la santidad. Este año, el Papa Francisco nos ha sorprendido con una exhortación apostólica sobre la llamada a la santidad en el mundo actual, titulada “Gaudete et exsultate”. Nos recuerda el Papa varias cosas:

a)      la vocación a la santidad es para todos, no excluye a ninguno;

b)      debemos huir de una existencia mediocre, aguada, licuada, para alcanzar la santidad ( cf. GE 1);

c)      no es necesario hacer cosas grandes y espectaculares, basta vivir desde Dios las pequeñas cosas de cada día, dar sentido a lo que hacemos cotidianamente. “¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales”(GE 14); 

d)     para ser santos, el Papa nos indica el camino de las Bienaventuranzas: ser pobres de espíritu; ser mansos; saber llorar con los que lloran; tener hambre y sed de la justicia; ser misericordiosos; ser limpios de corazón; ser constructores de paz; estar dispuestos a sufrir persecución por causa de la justicia (Mt 5, 3-12). Tenemos que dejar que las palabras de Jesús nos sacudan, nos desafíen, nos interpelen a un cambio real de vida. De otro modo, la santidad se reduciría sólo a palabras (cf. GE 66);

e)      no estamos solos en el camino hacia la santidad; caminamos como pueblo de Dios, como comunidad. Cada uno es responsable de la santidad del hermano. “Compartir la Palabra y celebrar juntos la Eucaristía nos hace más hermanos y nos va convirtiendo en comunidad santa y misionera”  (GE 142);

f)     a través de los pequeños gestos, de los pequeños detalles cotidianos, la comunidad se va santificando. La vida comunitaria, sea en la familia, en la parroquia, en la comunidad religiosa o en cualquier otra, está hecha de muchos pequeños detalles cotidianos.  La comunidad que preserva los pequeños detalles del amor, donde los miembros se cuidan unos a otros y constituyen un espacio abierto y evangelizador, es lugar de la presencia del Resucitado que la va santificando según el proyecto del Padre”  (GE 143.145);

g)    el Papa nos insta al combate, a la vigilancia y al discernimiento. Estas son palabras que a veces suenan mal en la mentalidad actual, pero que son elementos importantes para no dejarnos vencer por la mundanidad espiritual, por nuestras fragilidades e inclinaciones, y por el mismo demonio (cf. GE 160).

Creo que la lectura y meditación de esta exhortación apostólica nos hará mucho bien, a nivel personal y comunitario.

Escribo esta carta desde Brasil, donde me encuentro visitando nuestras comunidades y actividades. Como siempre, encuentro una realidad muy plural. Las actividades son muy pavonianas, y la implicación efectiva y vocacionada de los laicos sirve de ejemplo para toda nuestra familia.  En todos los sitios donde nuestro carisma está presente, contamos con la colaboración de laicos: profesores, educadores, voluntarios, colaboradores, etc. Nuestra preocupación constante es que, a través de ellos, el carisma pavoniano tenga incidencia y perdure. Nos preguntamos continuamente cómo formarlos, qué hacer para que los laicos se entusiasmen e impregnen del carisma pavoniano. Quiero compartir con todos la experiencia que, en este sentido, he vivido en San Leopoldo, al sur del Brasil, donde hace tiempo que no hay comunidad religiosa pavoniana, pero donde las actividades, colegio san Luis y Centro Medianeira, siguen siendo expresión del carisma pavoniano. El centro Medianeira celebra sus 60 años de vida. Fue fundado por el Sr. Guerino, para atender a muchachos necesitados. En 1968 llegaron los Pavonianos para hacerse cargo del centro y, según el mismo Sr. Guerino relata: “tuve la certeza que la obra no moriría jamás. Además de la protección de Nuestra Señora Medianeira, trajeron el carisma pavoniano. Fue ese carisma quien le dio raíces profundas”.

La Junta directiva, los educadores, colaboradores, voluntarios, etc., dicen: “Todos los que aquí estamos…(veteranos o principiantes, voluntarios o profesionales contratados)…, todos estamos o debemos estar imbuidos de este espíritu, del carisma pavoniano. La vivencia del carisma pavoniano, es lo que nos diferencia de otras empresas y de tantas organizaciones sociales”. Los que convivieron con los Pavonianos aprendieron en la práctica, por las palabras y, sobre todo, por el ejemplo de los religiosos, lo que es este carisma. Los que llegaron después, se han propuesto realizar un programa bien definido de formación en el carisma pavoniano, conscientes de que eso es lo que les diferencia de otras organizaciones. Ellos saben, y así lo expresan, que “adherirse al carisma es cultivar un sueño, alimentar una pasión que se transforma en opciones diarias, que se traduce en gestos, que exige posicionarse y actuar. A veces hay que desobedecer convenciones para obedecer al evangelio de Jesús de Nazaret, que siempre prefirió a los excluidos, evangelio tan bien entendido por Ludovico Pavoni que, por ser tan humano y amar tanto, fue canonizado”.

Han concebido un programa de formación al carisma pavoniano, convencidos de que, “después de conocer el carisma, amarlo y apasionarse por él, depende de cada uno y nadie ama lo que no conoce”. Comparto con todos esta experiencia, porque todos, religiosos y laicos, necesitamos impregnarnos de este carisma; todos los que estamos en contacto con los muchachos y jóvenes, necesitamos ser de verdad educadores pavonianos. Animo a todos a seguir haciendo las cosas bien, como hasta ahora, pero coloreadas de pavonianidad. ¡Qué alegría oír decir al unísono a las personas del centro Medianeira: “Somos instrumentos en la gran obra del Señor”, “Somos todos Medianeira, somos todos pavonianos”!

Ha concluido en Roma el Sínodo de los Obispos sobre “los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Tenemos en nuestras manos el documento final que los padres sinodales han entregado a Papa Francisco. Seguramente el Papa, teniendo como base este documento, nos brindará una exhortación post sinodal. Aprovechemos estos documentos para concienciarnos y conocer cada vez más el mundo de los jóvenes, a los cuales estamos enviados.

Agenda del mes de noviembre

-          1: Solemnidad de todos los Santos

-          2: Conmemoración de todos los fieles difuntos

-          13-18: Diversas reuniones (superiores, administradores, gestores de obras, Familia pavoniana y consejo provincial) en Belo Horizonte. Brasil

-          22 nov.-2 dic.: Visitaré las comunidades de Eritrea

-          29: Comienza la novena de la Inmaculada

Pongo el camino de toda nuestra familia bajo la protección de la Virgen Inmaculada y de San Ludovico Pavoni.

Un abrazo fraterno y siempre agradecido,

                                                                                              Ricardo Pinilla Collantes

Vitoria, Espíritu Santo, a 31 de octubre de 2018