Queridos hermanos, religiosos y laicos de la familia pavoniana:
Atotonilco el Alto, Estado de Jalisco, Méjico. Centro educativo pavoniano. Dos religiosos pavonianos, cuatro educadores, una cocinera, varios voluntarios y 25 niños. Se respira olor de familia, olor de San Bernabé. Educar, formar a través de la razón y la religión. Formar y educar para que sean buenos ciudadanos y buenos cristianos. Poner las bases para que puedan tener una vida digna. El reconocimiento de la Iglesia local, de las autoridades y de la comunidad civil es unánime. Agradecimiento por la presencia de esta comunidad pavoniana que a través de su carisma está haciendo tanto bien a esta sociedad. Paso después a Lagos de Moreno y me encuentro la misma realidad pavoniana. Aquí hay una novedad con respecto a Atotonilco, está el seminario pavoniano. Son cinco seminaristas que, ilusionados por el testimonio de una vida donada con alegría por los religiosos, quieren descubrir si el Señor les llama a servirlo con la vocación y el carisma pavoniano en la construcción de su Reino. El hermano Jano, su incansable acompañante, les repite insistentemente: “su apostolado es estar con estos niños necesitados, su misión es cuidarlos y educarlos. No descuiden el hacer bien su trabajo y dedíquense también con generosidad al trabajo manual y al cuidado del seminario, esto es lo que harían en sus casas y esta es su casa”. El ritmo de estudios, la oración, el trabajo, la formación, el estar con los niños y el dejarse guiar por su formador, el p. Gino y por la comunidad, hace que la vida de estos muchachos sea también ejemplo para los niños acogidos, dos de los cuales han pasado a hacer una experiencia en el seminario. Estas dos realidades pavonianas en Méjico, nos lanzan un mensaje claro a toda la familia: se da sentido a la vida y a la vocación pavoniana cuando se gastan en favor de los niños, adolescentes y jóvenes más necesitados. No importa el lugar, la edad, la mentalidad, la cultura…lo importante es hacerlo con alegría y con pasión. En estas dos realidades se descubre que San Ludovico Pavoni tenía razón: es un verdadero honor, entregar la vida y gastar las cualidades que Dios nos ha dado en favor de esta porción de la humanidad tan necesitada. Es necesario hacerlo con gusto, de buena gana y con alegría.
El día 30 paso a visitar nuestras comunidades de Colombia, seguro que allí me encontraré también una bonita realidad pavoniana. Será también motivo de acción de gracias a Dios y a nuestro Fundador.
1. Dios manifiesta su inmenso amor en Cristo muerto y resucitado (EG 11)
En este mes todos viviremos la Semana Santa en la cual celebramos el misterio de nuestra fe: la muerte y Resurrección de Cristo. Se organizan pascuas infantiles, juveniles, rurales, se vivirá en las parroquias y en las comunidades. Son todas formas distintas de contemplar a un Dios amor que hecho hombre, muere para salvar a la humanidad. “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda infecundo, pero si muere da mucho fruto” (Jn 12,24); “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos..” (Jn 15,9); “cargado con nuestros pecados, subió al leño, para que muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas nos han curado” (1 Pe 2,24). Es tiempo de contemplar el gran amor de Dios por su creatura. Tiempo de contemplar a Jesús que por amor se entrega hasta el final. Es tiempo de aprender a servir, a morir a nosotros mismos para que los demás tengan vida. Es tiempo de aprender a hacernos cargo del camino de la humanidad. Es tiempo de aprender a “sobrellevar los unos las cargas de los otros y cumplir así la ley de cristo” (Ga 6,2). Es tiempo de ser voz de los que no la tienen y presentar a Dios el lamento de la humanidad como lo hizo Cristo, “¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?” (Mt 27, 46). Sabemos que la respuesta del Padre es la vida para siempre, la Resurrección. Es tiempo de ser testigos de la esperanza, de la fraternidad, de la solidaridad, del amor compartido, de la alegría, que es tanto como decir de la Resurrección, de la presencia de un Dios vivo, presente y actuante en medio de su pueblo. Lo pasado es el individualismo, el egoísmo, el orgullo, la soberbia, las divisiones, la indiferencia, la dureza de corazón… todo esto ha sido vencido por Cristo nuestro único Salvador.
2. En este mes celebraremos la Consulta general
Es algo que nuestra Regla de Vida prevé (RV 290) y que el Capítulo general en su Documento (41.4.4) pidió que el Superior convocase. Seremos unas 40 personas entre religiosos y laicos. Dejando de lado algunas voces que he sentido sobre la inutilidad de estos encuentros, estoy convencido de que es un momento de gracia para nuestra familia. Se trata de reflexionar, compartir y dar sugerencias sobre cómo nos estamos “dejando transformar para discernir la voluntad de Dios, hoy”; ¿quiénes debemos ser, qué debemos hacer?, ¿qué es lo que es bueno, lo que agrada a Dios, lo perfecto? Sabemos que necesitamos siempre un cambio interior, profundo, una “metanoia”, para lograr esto debemos llevar también a cabo una “metamorfosis”, una reconversión, una reorganización y un redimensionamiento. Este cambio lo hacemos en unión a toda la Iglesia que, urgida por el Papa Francisco busca una transformación para presentarse ante el mundo como portadora de la alegría del evangelio. Se nos está pidiendo hacer una experiencia personal de Cristo, partir del evangelio o lo que es lo mismo evangelizar la vida, salir de nuestras seguridades y esquemas fijos para ir al encuentro de los hombres y mujeres de nuestro tiempo y llevarles la alegría del evangelio, ir a las periferias geográficas y existenciales, cultivar la cultura del encuentro, de la ternura y rechazar la cultura de la indiferencia. Debemos ayudarnos a descubrir: ¿cómo encarnar el carisma de nuestro Fundador hoy?; ¿qué jóvenes atendería el Fundador hoy?; ¿cómo ser significativos desde nuestra espiritualidad y carisma para los jóvenes de hoy?; ¿dónde se necesita el carisma pavoniano hoy?; aceptando nuestra pobreza de recursos humanos y económicos, ¿cómo y dónde actuar nuestro carisma hoy?
Elegimos tres temas y sobre ellos hemos trabajado en este último periodo en las comunidades para dar la posibilidad, a todos los que quisieran, de hacer sus aportaciones.
Debemos evitar tres tentaciones sobre las que nos alerta el Papa Francisco:
- la tentación de la supervivencia. Un mal que puede instalarse poco a poco en nuestro interior, en el seno de nuestras comunidades. La actitud de supervivencia nos vuelve reaccionarios, miedosos, nos va encerrando lenta y silenciosamente en nuestras casas y en nuestros esquemas. Nos proyecta hacia atrás, hacia las gestas gloriosas —pero pasadas— que, lejos de despertar la creatividad profética nacida de los sueños de nuestros fundadores, busca atajos para evadir los desafíos que hoy golpean nuestras puertas.La psicología de la supervivencia le roba fuerza a nuestros carismas porque nos lleva a domesticarlos, hacerlos «accesibles a la mano» pero privándolos de aquella fuerza creativa que inauguraron; nos hace querer proteger espacios, edificios o estructuras más que posibilitar nuevos procesos. La tentación de supervivencia nos hace olvidar la gracia, nos convierte en profesionales de lo sagrado pero no padres, madres o hermanos de la esperanza que hemos sido llamados a profetizar. Ese ambiente de supervivencia seca el corazón de nuestros ancianos privándolos de la capacidad de soñar y, de esta manera, esteriliza la profecía que los más jóvenes están llamados a anunciar y realizar. En pocas palabras, la tentación de la supervivencia transforma en peligro, en amenaza, en tragedia, lo que el Señor nos presenta como una oportunidad para la misión. Esta actitud no es exclusiva de la vida consagrada, pero de forma particular somos invitados a cuidar de no caer en ella”. (Homilía en la Eucaristía del día de la vida Consagrada. 2 de febrero de 2017)
- La tentación de la autorreferencialidad que nos hace permanecer cerrados en nosotros mismos”. Jesús quiso “compartir nuestra vida” y también los religiosos “están llamados a ser signo concreto y profético de esta cercanía de Dios, de este compartir con la condición de fragilidad, de pecado y de heridas del hombre de nuestro tiempo”. Los religiosos sean “custodios del estupor” que “pide ser siempre renovado”. “¡Ay de los hábitos en la vida espiritual!; ¡Ay de cristalizar nuestros carismas en una doctrina abstracta!: los carismas de los fundadores –como he dicho otras veces– no están para ser encerrados en una botella, no son piezas de museo”.“Nuestros fundadores fueron movidos por el Espíritu y no han tenido miedo de ensuciarse las manos con la vida de cada día, con los problemas de la gente, recorriendo con coraje las periferias geográficas y existenciales”.Ellos “no se han detenido frente a los obstáculos y a las incomprensiones de los otros, porque han mantenido en el corazón el estupor por el encuentro con Cristo”.“No han domesticado la gracia del Evangelio; han tenido siempre en el corazón una sana inquietud por el Señor, un deseo de llevarlo a los demás”. “También nosotros estamos llamados hoy a realizar elecciones proféticas y valientes”. (Homilía en la Eucaristía de la clausura del año de la Vida Consagrada. 2 de febrero de 2016)
- La tentación de la resignación". "Pobres sí, en minoría sí, ancianos, sí. Resignados, ¡no!". "Cuando nos alcanza la resignación, vivimos con el imaginario de un pasado glorioso, que nos envuelve en una espiral de pesimismo existencial. Todo se hace difícil de sobrellevar"."La tentación siempre está en buscar las seguridades humanas, o en los dineros... Por eso, nos hará bien a todos hoy revisitar los orígenes. Hacer un peregrinaje a los orígenes, una memoria que nos salva de imaginaciones gloriosas pero irreales del pasado"."Nuestra fe está llamada a creer que el agua puede ser transformada en vino, y ser el grano que crece en medio de la cizaña". "Nuestros padres y madres fundadores no pensaron en ser una multitud, o una gran mayoría. Nuestros fundadores se sintieron llamados por el Espíritu Santo en un momento concreto de la historia, para ser una presencia alegre en la Iglesia, como sal y luz en el mundo"."Durante muchos años hemos tenido la tentación de creer que las congregaciones debían ocupar espacios. Tenemos que generar procesos. No tengáis miedo de las estadísticas", debemos "ser un poco más de levadura y de sal". "Los caminos del Señor son así.... Nos hará bien un acto de confianza, es él quien conduce la Historia. No a la resignación". (Respuesta a la pregunta de una religiosa en la Catedral de Milán. 25 de marzo de 2017).
Nuestras actitudes sean: apertura dejándonos orientar por el soplo del Espíritu Santo, mirando a los orígenes, a nuestro Fundador; confianza en Dios y en nuestros hermanos, religiosos y laicos; parresia para ver y enfrentar el futuro con realismo; concreciónque nos haga bajar a la realidad y no quedarnos en ideas abstractas; capacidad de análisis y discernimiento para encontrar el camino que Dios quiere para nosotros.
3. Agenda del mes
- día 1: marcha pavoniana en Brescia
- día 1: marcha pavoniana en Méjico
- días 13-16: Pascua juvenil en la Cisterniga (España)
- días 13-16: Pascua juvenil en Lonigo (Italia)
- días 18-22: Consulta general en Lonigo
- día 22: Reunión de formadores de hermanos de votos temporales en Lonigo
- día 23: Reunión del Consejo general en Lonigo.
Pongo el camino de nuestra familia bajo la protección de la Virgen Inmaculada nuestra querida madre y de San Ludovico Pavoni. Feliz Pascua.
Bogotá, 31 de marzo de 2017
Ricardo Pinilla Collantes