Queridos hermanos, religiosos y laicos de la familia pavoniana:
Comienzo a escribir esta carta sobrecogido por el terremoto que ha golpeado el centro de Italia, dejando casi 300 muertos, un gran número de heridos y tantas personas que lo han perdido todo, comenzando por los seres queridos. Como familia elevamos nuestra oración confiada al Señor para que él sea consuelo ante tanto dolor y tanto sufrimiento. Este acontecimiento nos debe hacer entender que siempre debemos estar cerca de las personas que sufren por un motivo u otro.
Los voluntarios que en estos días están ayudando en esta situación, nos dan una lección muy importante. Su fe y su actitud de servicio son un signo de esperanza para la Iglesia y para el mundo. Ellos han escuchado el grito desesperado de estas poblaciones y ha tomado la decisión de ayudar. No han pospuesto tal decisión y, dando una lección de solidaridad se han puesto en camino, en acción para ayudar y ser útiles.
En estos días la Iglesia se prepara para celebrar la canonización de la madre Teresa de Calcuta. Será proclamada santa porque ha sabido servir a Cristo en los más pobres de los pobres, ha entendido que “al final de la vida seremos juzgados por el amor”. A esto estamos llamados también nosotros, a hacer una opción preferencial por los niños y jóvenes más pobres. Demos gracias a Dios que pone ante nosotros este ejemplo de amor a Dios en los más necesitados.
En el mes de julio se ha celebrado la jornada mundial de la juventud en Cracovia en la que han participado un grupo de nuestros jóvenes acompañados por cuatro religiosos pavonianos, h. Paolo Bizzo, p. Giorgio Tarter, p. Antonio Frison, y p. Carlo Cavatton. Ellos han experimentado en estos días que existen jóvenes abiertos, inquietos, buscadores del sentido de su vida desde la fe, solidarios, fraternos, eclesiales… Es una experiencia que nos debe hacer creer de verdad lo que decía nuestro padre fundador: pongamos en ellos “las más bellas esperanzas” (CP 125). A este propósito mando como anexo un discurso del papa que deberíamos leer y comentar juntos. Tiene muchas ideas válidas también para nuestra familia.
Estamos preparando la canonización del padre fundador, la fecha está ya cerca. Sigo repitiendo que es un don y una bendición de Dios para nuestra familia en este momento preciso de nuestra historia. Nuestra familia está llamada a ser bendición para los niños y jóvenes necesitados de nuestro tiempo. Lo seremos si, inflamados de amor de Dios, unidos … con estrechos vínculos de caridad … nos dedicamos expresamente a la santificación propia y nos consagramos … a la salvación del prójimo, distinguiéndonos especialmente por cuidar y educar … a los muchachos del pueblo bajo pobres y desamparados. (IG).
Damos gracias a Dios por las vocaciones religiosas pavonianas que nos da. En el mes de agosto han comenzado el noviciado dos jóvenes en Filipinas, en el mes de septiembre lo comenzarán seis jóvenes en Eritrea y dos jóvenes mejicanos en Colombia. En el mes de octubre serán ordenados sacerdotes dos hermanos eritreos. Esto debe hacer crecer en nosotros la confianza en Dios, que con estas vocaciones no sólo garantiza nuestra continuidad como familia, sino que también nos muestra que el trabajo y el esfuerzo de tantos hermanos y laicos, da fruto y el carisma pavoniano se extiende y es semilla de esperanza para tantos jóvenes necesitados del mundo entero.
«Hay aquí un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces, pero ¿qué es esto para tanta gente?» (Jn 6,9)
Somos pocos, casi insignificantes entre tantos carismas que hay en la Iglesia y ante tantas necesidades que hay en el mundo. Estamos llamados a poner a disposición lo que hemos recibido gratis; nuestro granito de arena, no lo guardemos para nosotros. Hagamos fructificar los talentos que hemos recibido en una actitud de servicio, disponibilidad y entrega generosos. Hagamos que nuestra vida cotidiana, que nuestra misión sea evangelio, buena noticia y bendición para nuestro mundo. Redescubramos la belleza de lo que somos, hacemos y tenemos.
¿Qué panes y que peces tenemos los pavonianos para saciar el hambre de los jóvenes de hoy?
Además de los dones personales que cada uno ha recibido de Dios, como familia hemos heredado algunos de nuestro padre fundador: confianza en un Dios providente, capacidad para leer los signos de los tiempos y de mirar la realidad como la mira Dios, un corazón capaz de compadecerse ante el naufragio de la juventud, un corazón paterno y unas entrañas maternas, un método educativo contrastado por Pavoni en su Oratorio y en su Instituto, una gran confianza en las posibilidades de los jóvenes…
¿Qué esperan los jóvenes de hoy de los pavonianos?
El mundo de los jóvenes nos está pidiendo:
- apertura de mente y corazón a su realidad y una gran dosis de empatía;
- escucha de sus inquietudes, deseos y proyectos;
- confianza en ellos;
- mirar su mundo desde la cercanía, sin ideas preconcebidas o desde nuestras seguridades, nuestros esquemas mentales, nuestros postulados aprendidos, que nos llevan a juzgarles;
- ser creativos, audaces, propositivos, trasmisores alegres de la belleza y la fuerza transformadora del mensaje evangélico;
- ser para ellos como esas boyas en el mar que son punto de referencia, indicadores de peligro y a las que uno se puede agarrar cuando tantas veces se navega por un mar borrascoso;
- compañeros de camino con una coherencia de vida y un testimonio de donación desinteresada;
- que no les demos una serie de normas, reglas o principios aprendidos de manera desencarnada;
- que les ayudemos a descubrir su propia identidad, que no se la impongamos desde fuera;
- que no les obliguemos a adquirir nada heredado que no puedan asumir personalmente con libertad;
- que no intentemos transmitirles una fe convencional ni unas creencias o tradiciones heredadas de los mayores;
- que seamos expresión de una religión que les quiere a su servicio, sino al contrario…
Nosotros pavonianos, desde nuestro carisma, con paciencia, con constancia, con amor debemos acompañarles en este proceso que ellos quieren hacer.
Cuando nos sintamos desfallecer y caigamos en el desánimo, la rutina, la comodidad, cuando nuestros problemas personales o comunitarios nos aplastan y no nos dejan ver los signos de los tiempos, es decir la presencia de Dios en las personas y las situaciones actuales, abrámonos a los jóvenes, ellos también tienen sus cinco panes y sus dos peces para ofrecernos. Tenemos que saber descubrir las riquezas y los milagros que el Señor cada día obra en ellos y por medio suyo.
Agenda del mes de septiembre
- día 8: comienzan el noviciado en Colombia dos jóvenes mejicanos: Ernesto y Briam
- día 8: comienzan el noviciado 6 jóvenes en Asmara
- día 11: p. Giorgio parte para Filipinas; le acompañamos con nuestra oración.
- Días 10 y 11: meeting del GMA en Montagnana con el lema: “scontro, confronto, incontro: per un cammino di condivisione”· Sería bueno que participáramos con algunos de nuestros jóvenes de la provincia Italiana.
Pongo el camino de nuestra familia en las manos de Dios y bajo la protección de María nuestra querida madre y de nuestro padre fundador.
Un abrazo fraterno y siempre agradecido.
Tradate, 1 de septiembre de 2016.
Ricardo Pinilla Collantes