Desde Brasil, el Superior general nos habla sobre el Sínodo de la Familia

Queridos Hermanos religiosos y laicos de la familia pavoniana:

     Escribo esta carta desde Brasil, donde me encuentro visitando las comunidades religiosas pavonianas y todas las actividades que aquí se realizan como expresión del carisma pavoniano. Agradezco una vez más a Dios y a todos los hermanos y laicos de la provincia de Brasil el bien que a través de ellos el carisma pavoniano está haciendo en esta bendita tierra.

 

Noviembre mes de celebración de los Santos y de los difuntos

     En este mes celebramos con toda la Iglesia el día de todos los Santos, aquellos reconocidos y aquellos anónimos que hicieron que su vida cotidiana fuera expresión concreta de la presencia amorosa de Dios para sus hermanos. La celebración de todos los Santos nos recuerda cual es nuestra vocación: la santidad. Nosotros hemos descubierto que el carisma y la espiritualidad pavoniana nos ayudan en este camino hacia la santidad, nuestro Fundador lo recuerda: “inflamados de amor de Dios y dispuestos con las virtudes del estado religioso se dedican expresamente a la propia santificación y se consagran conjuntamente de todos los modos posibles a la salvación del prójimo” (CP, Idea general). La santificación personal no es algo privado de la persona, no debe entenderse de manera intimista, sino que debe tener presente la salvación, la atención, la cercanía, la dedicación al prójimo, sobre todo a los más desfavorecidos. El termómetro con que medimos el camino de nuestra santificación, es la dedicación a los otros: “Tuve hambre y me distéis de comer, tuve sed y me distéis de beber…venid benditos de mi Padre…” (Mt 25). Seremos benditos si de verdad dedicamos nuestra vida a los más necesitados; nosotros, pavonianos, a los niños y a los jóvenes. Ayudémonos unos a otros en este camino hacia la santidad, sabiendo que cada uno también es responsable de la santidad de sus hermanos.

     En el mes de noviembre también recordamos, junto a toda la Iglesia, a las personas que ya murieron y que nos han precedido en el camino. Celebremos en nuestras comunidades, religiosos y laicos juntos, una Eucaristía recordando a nuestros familiares, a los religiosos, laicos, amigos y bienhechores pavonianos. Recordemos también a tantas personas que mueren injustamente a causa de las guerras, el terrorismo, el maltrato, la explotación, que son siempre fruto del egoísmo y de la codicia de los hombres y de los pueblos. Estamos seguros, por nuestra fe, de que Dios, Padre bueno y misericordioso, les tiene cerca de sí; pidamos por intercesión de nuestros hermanos difuntos que el Señor siga mirando con amor nuestro camino.

 

Sínodo de la Familia

     Acaba de concluir el Sínodo sobre la familia con el lema: Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. Dejando de lado algunos aspectos importantes que los medios de comunicación han enfatizado en estos días y sobre los cuales Papa Francisco ha repetido que la Iglesia debe mirar desde la misericordia, el Sínodo ha repetido una vez más que la familia es proyecto de amor,  creadora de vida, escuela de humanidad y de adquisición de valores, escuela de aprendizaje para aceptar al diferente, para poner en práctica la cultura del encuentro, de la ternura, del perdón y la misericordia, Iglesia doméstica donde todos podemos crecer en la fe en el Dios de la vida manifestada en Cristo…

     Nuestra primera aportación a la Iglesia, al mundo y a la familia es nuestro testimonio del “espíritu de familia” como elemento fundamental de nuestra espiritualidad. ¿Cómo podemos hablar de la importancia de la familia, si nosotros no damos testimonio de comunión y de unión? ¿Cómo podemos crear en nuestros espacios de actividad un clima de familia, si entre nosotros no lo practicamos? ¿Cómo podemos ser familia para los que la necesitan, si nosotros no vivimos como familia? Los pavonianos estamos llamados a ser familia de los que la han perdido o no la tienen por diversos motivos. Es muy difícil dar o transmitir lo que uno no vive.

     Los cristianos, los religiosos, los pavonianos, nos hemos acostumbrado a ser maestros y a dar consejos de muchas cosas a los demás, pero que muchas veces no nos aplicamos a nosotros mismos. Esta falta de coherencia está haciendo en muchas ocasiones que no seamos atrayentes para los demás. Es muy importante el lenguaje de la palabra, pero es mucho más importante el lenguaje de la vida.

 

Como familia para la misión pavoniana

     La familia unida permanece unida si vive y actúa unida. Unidad no es uniformidad. Debemos valorar como positiva nuestra pluralidad, los dones y cualidades de cada uno como riqueza para el conjunto. Cuando la individualidad, el proyecto personal, sirve para el enriquecimiento del proyecto común, es una bendición. Cuando la individualidad se convierte en individualismo, destruye, no es fermento y no da frutos, es estéril.

     En mi última carta, exhortaba a cada comunidad (a religiosos y laicos) a hacer un discernimiento sobre nuestra misión pavoniana, no era con la intención de decidir qué había que cerrar o no, cosa que habrá que discernir también, sino que era con la intención de discernir la pavonianidad de nuestras presencias, la mirada a las nuevas pobrezas y la disponibilidad para apoyar las nuevas fundaciones u otras que puedan surgir como respuesta a los nuevos desafíos y a las nuevas pobrezas en el mundo de los muchachos y jóvenes de hoy. Se trata también de evaluar nuestra capacidad de mirar a la Congregación como una realidad universal y no solo territorial, nuestra disponibilidad a hacernos prójimos de los que más nos necesitan.

     Sigo creyendo que una visión amplia de Congregación que no nos encierra en nuestra propia realidad, puede ayudarnos a descubrir dónde hoy los pavonianos podemos actuar desde nuestro carisma para paliar “el naufragio” de tantos muchachos y jóvenes. Sigo creyendo que somos pavonianos porque estamos abiertos a ir allí donde las realidades más pobres nos necesitan. No es la supervivencia de la Congregación la  que nos debe mover, sino la responsabilidad de hacer que nuestro carisma siga siendo elemento dinamizador de la nueva evangelización que la Iglesia nos está pidiendo. ¿Seremos capaces de dar pasos adelante, o nos acobardaremos y nos replegaremos sobre nosotros mismos desde el miedo, la inercia o la comodidad que nos atenaza?

 

Agenda del mes de noviembre

-          4 noviembre, reunión de superiores y vice superiores de la provincia Española.

-          7 noviembre, encuentro en Roma de las Familias espirituales.

-          16 noviembre, encuentro de la Familia pavoniana Colombiana en Villavicencio

-          19-22 noviembre, diversos encuentros y asambleas (administradores y gestores, familia pavoniana…) de la provincia de Brasil en Belo Horizonte.

-          20-22 noviembre, Jornadas de Otoño de la familia pavoniana Española.

-          6-8 noviembre, convivencia de grupo Saiano, “Con las manos en la masa”.

-          Hasta el 21 de noviembre, estaré en la provincia de Brasil.

-          25-27 de noviembre, encuentro de superiores generales en Roma.

 

     Como siempre, pongo el camino de nuestra familia bajo la protección de la Virgen Inmaculada, nuestra querida Madre Aparecida, y de nuestro Fundador el Beato Ludovico Pavoni.

     Un saludo fraterno y siempre agradecido

 

Ricardo Pinilla

 

Vitoria (ES), 30 de noviembre de 2015.