En el comienzo del nuevo curso y recordando nuestra primera profesión

Queridos hermanos religiosos y laicos de la familia pavoniana:

En este período de verano muchos de nosotros hemos tenido la oportunidad de participar en los ejercicios espirituales. Es siempre un tiempo de gracia y un don que el Señor nos hace. “La voluntad de un encuentro más intenso con Dios se renueva periódi­camente en las jornadas de recogi­miento y anualmente en los ejercicios espirituales, los cuales nos devuelven una profunda unidad con el Señor y son un privilegiado momento de escucha de la palabra de Dios para descubrir su voluntad y renovar nuestra vida” (RV 167).

También hemos tenido un tiempo para descansar, visitar a la familia, a los amigos y dedicarnos a nuestras aficiones. Es un tiempo importante para recargar pilas.

En algunas zonas de la Congregación, el mes de septiembre es un mes de comienzo de las actividades después del verano. Algunos hermanos han sido trasladados de comunidad o de actividad. Esto humanamente cuesta siempre por tener que dejar personas y actividades en las que normalmente estábamos a gusto, por el temor a los desafíos que supone enfrentarse a situaciones nuevas. En estos momentos recomiendo a religiosos y laicos, más encarecidamente que nunca, lo que siempre debemos hacer: apoyar, acompañar, animar a estos hermanos a los cuales se les ha pedido la disponibilidad y la obediencia. Es en estos momentos donde una comunidad puede y debe poner en práctica lo que nos dice nuestra RV en el nº 122: “La Comunidad acoge al hermano que Dios le da, lo acepta como es en la originalidad única de su ser, promueve su plena maduración humana y cristiana. Favo­rece el desarrollo de sus cualidades naturales y de sus dones de gracia que, de esta suerte, enriquecen el patrimonio común. Le asegura los medios necesarios para vivir y perfeccionar su consagración y le proporciona cuanto conviene para una existencia sana y equilibrada; lo sostiene en sus dificultades y en las enfermedades”.

1. Recordando la primera profesión religiosa

En este mes de septiembre muchos de nosotros recordamos con gozo, y quizá con cierta nostalgia, el día de nuestra profesión religiosa. Un día, cada uno de nosotros en un encuentro personal con Cristo, descubrimos que nos llamaba para estar con él y para, desde él, entregar nuestra vida en la construcción del Reino de Dios. Desde nuestra pobreza y limitación respondimos afirmativamente a esta llamada. El encuentro con la Congregación pavoniana nos hizo comprender que la llamada de Dios se hacía concreta en esta Familia religiosa y desde el carisma de Ludovico Pavoni dimos comienzo a una vida de entrega sin reservas para el bien de la Iglesia y del mundo. Creo que esto debe despertar en nosotros tres actitudes:

-          Acción de gracias a Dios por la llamada a seguirlo dentro de la Familia pavoniana. Gracias porque nos ha acompañado hasta el día de hoy y su gracia nos ayuda a ser fieles y a “sentir, por consiguiente, la responsabilidad de actuar día a día nuestra consa­gración en un continuo proceso de con­versión total al servicio del Reino, para hacer perenne el sa­crificio volun­tario ofrecido al Señor de todo nuestro ser ... empeñán­donos en llevarlo a cumplimiento, o perfeccionarlo a medida que avanzamos en la edad” (RV 36).

-          Acción de gracias a tantos hermanos y laicos de la Familia pavoniana que nos han sostenido y acompañado y que siguen haciéndolo hasta el día de hoy. Sentimos el apoyo, la cercanía, la amistad y la oración de todos ellos y de tantas y tantas personas que rezan por nuestra familia.

-          Pedimos a Dios el don de la perseverancia, de seguir entregando nuestra vida en este proyecto que él ha comenzado en nosotros. Que no nos dejemos llevar por la mediocridad, el relativismo, la rutina, la doble vida. En definitiva, que nunca perdamos el “amor primero”; así seremos ejemplo y testimonio para tantos jóvenes que entran en contacto con nosotros. Nuestro estilo de vida debe ser atrayente para otros que el Señor quiera llamar a la vocación pavoniana.

 

2. Llamados para una misión específica dentro del pueblo de Dios

La Congregación es obra de Dios y él sabrá como llevarla adelante, pero nosotros tenemos la responsabilidad de ser fieles al impulso originario (RV 32). Recordemos: nuestra misión específica es: “la fidelidad al Fundador y la constante tradición pavoniana nos impulsan a di­rigir nuestra acción educativa y apostólica con absoluta prioridad hacia los muchachos y jóvenes pobres”. “Siguiendo el ejemplo del padre Pavoni, que consideraba porción fa­vori­ta de su institución a los sordomudos, nos empeñamos en su efectiva recuperación, lle­vándoles la eficacia del amor de Jesús que hacía oír a los sordos y hablar a los mu­dos”. “Nos dedicamos a la difusión del mensaje de Cristo y de una sana cultura, a través de la actividad editorial y de los de­más medios de comunicación social”. “Las ansias y fatigas en la fundación y desarrollo del Instituto no apartaron al Fundador del ministerio pastoral, ejercitado con tanta asiduidad y celo en la iglesia de San Bernabé, que le fue encomendada. Por lo cual estamos abiertos a este género de apostolado, ofre­ciendo, conforme al carisma pavoniano, nuestra colabora­ción a las Igle­sias particulares, también en los países en vías de desarrollo” (RV 185-188; 191-192).

Recomiendo vivamente a todos, religiosos y laicos, a los que comienzan las actividades y los que ya han comenzado hace tiempo, dedicarse con responsabilidad y generosidad a esta misión específica. Sé que todos hacemos cosas buenas y ayudamos a la gente que entra en contacto con nosotros, pero no olvidemos que nosotros evangelizamos y damos nuestra aportación a la Iglesia y al mundo desde el carisma que hemos heredado de nuestro Fundador; para esto nos ha aprobado la Iglesia y esto espera de nosotros.

Estas reflexiones no van dirigidas sólo a la parte de la Congregación que comienza un curso de actividades, sino que nos pueden ayudar a todos a ser mejores pavonianos y a dar nuestra aportación específica como tales.

 

3. Agenda del mes de septiembre

-          12 y 13 de septiembre: meeting del GMA en Montagnana con el tema La cultura del diálogo. Es una buena ocasión para participar y sensibilizarnos todos religiosos, laicos y jóvenes que acompañamos en nuestras actividades.

-          18 y 19 de septiembre: Consejo general en Trento.

-          22 y 23 de septiembre: asamblea de religiosos de la Provincia Española

 

Que la Virgen Inmaculada y el Beato Pavoni nos protejan y acompañen nuestro camino.

Un abrazo fraterno y siempre agradecido,

 

Ricardo Pinilla Collantes

 

Tradate, 31 de agosto de 2015