Sobre el año de la Vida Consagrada, con los mejores deseos

Queridos hermanos religiosos y laicos de la Familia pavoniana:

     Hemos celebrado la Navidad, Dios se hace buena noticia para la humanidad en su Hijo Jesús Salvador del mundo. Celebrar la navidad como familia nos abre a ser creadores de paz, solidaridad y reconciliación entre los hombres. “No temáis, os anuncio una gran alegría para todo el pueblo”.

     Comenzamos un año nuevo (2015), compartimos con todos los hombres y mujeres el entusiasmo y la esperanza de que sea bueno, próspero y feliz para la humanidad y para nuestra familia. Siempre al comienzo del año se hacen buenos propósitos, se desea mejorar, se hacen proyectos… Pongamos estas ansias en las manos del Señor: “Poner todos los medios como si todo dependiese de uno, pero confiando totalmente en Dios, porque todo depende de él”(san Ignacio)

     Estamos celebrando el año de la Vida consagrada, tan necesaria para el mundo y la Iglesia. Recomiendo a religiosos y laicos leer y meditar bien la carta que para esta ocasión Papa Francisco ha escrito a toda la Iglesia. Estoy seguro que junto a nuestro Documento Capitular serán instrumentos fundamentales para nuestra renovación.

 

Mirar al pasado con gratitud

Es de bien nacidos ser agradecidos. El sencillo, el humilde y pobre, es aquel que sabe que todo lo que es y lo que tiene, lo ha recibido y por tanto su actitud es de acción de gracias. Todos estamos hechos de pasado, ¡cuántas personas y cuántas situaciones han contribuido y contribuyen a que hoy seamos lo que somos!

 

a) El ejemplo de nuestro Fundador el Beato Ludovico Pavoni

     Mirando a nuestro Fundador descubrimos lo que ha supuesto para nuestra vida el encuentro con esta persona. Esto es lo que quiero compartir con vosotros.

  • Hombre que se dejo seducir y atrapar por el Señor (Providencia). Escuchó la voz de Dios y se puso a seguir a Cristo de cerca. Intento adquirir las actitudes de Cristo y participar en su destino. ¿Tengo actitud de escucha?; ¿Quién habita mi corazón?; ¿Quién es mi Señor?
  • Hombre que supo mirar la realidad, los signos de los tiempos con los ojos de la fe. Miró a los niños y jóvenes con la ternura y la compasión de Dios. No cabían en él ni el pesimismo, ni el desánimo ante la realidad de pobreza, desamparo y abandono, sino que pone su vida, sus cualidades y talentos al servicio del Reino, haciéndose colaborador con Cristo de la salvación de esa realidad. ¿Estoy atento a los signos de los tiempos presentes?; ¿Sé mirar la realidad actual, o me escondo y huyo de ella?, ¿Miro con esperanza o desconfianza?, ¿Creo en el joven de hoy, descubro en él presencia de Dios?; ¿Qué pesa más en mí el pesimismo y desánimo o la alegría y el coraje? ¿Soy expresión de los valores del evangelio de acogida, humanidad, escucha, diálogo?
  • Hombre que ante los desafíos que tenía delante y a pesar de las dificultades responde con creatividad a las necesidades de la Iglesia y del mundo. Su vida y su obra es una lección de amor, de servicio y entrega a esa pobre humanidad. ¿Me acobardo  ante los nuevos desafíos de la juventud?; ¿Qué tengo que cambiar para responder con creatividad a los retos de hoy?; ¿Creo de verdad que el carisma tiene algo que aportar hoy, o siento que no somos capaces de responder con creatividad?; ¿Hago de mi vida diaria algo grande y significativo para los jóvenes  más necesitados?; ¿Me implico o me pierdo en burocracias y estructuras?

 

b) La Familia pavoniana, heredera de Ludovico Pavoni

     Mirando a nuestra historia pasada y presente descubrimos mucha pequeñez, sin embargo la semilla plantada en el Fundador se ha expandido por el mundo, hoy el  tronco tiene muchas ramas. Podemos decir con María “El Señor se ha fijado en nuestra pequeñez… el Señor ha hecho cosas grandes por nosotros”.

     Dice el papa, que mirando la historia logramos mantener viva nuestra identidad, fortalecer la unidad y el sentido de pertenencia. Mirando la historia descubrimos:

  • La chispa inspiradora. Acogida y educación de los más pobres y abandonados por los propios padres:“me pareció un designio dictado por el cielo”;
  • Los ideales: “unidos se consagren de todas las formas posibles a la santificación personal y la salvación del prójimo”
  • Los proyectos: “cuidado y educación en la religión y en las artes de  los abandonados hijos del pueblo”;
  • Los valores que impulsaron a Pavoni: fe, caridad, ternura, compasión, amor, familia, entrega…;
  • Creatividad desplegada: “no escatimar nada para ganar estas almas para Dios”;
  • Dificultades afrontadas y superadas: burocráticas, económicas. ¡Cuánta fe en la Providencia!;
  • Limitaciones, necesidad de conversión: “metanoia”, “conformar nuestra vida en cuanto es posible a la del Divino Maestro Jesús”.

 

c) Aprovechemos este año

  • Para confesar con humildad y confianza en Dios nuestras fragilidades;
  • Para vivirlo como una experiencia del amor misericordioso de Dios (DC 10); 
  • Para proclamar al mundo con entusiasmo y dar testimonio gozoso de la santidad y vitalidad que hay en nosotros;
  • Para hacernos visibles, dar a conocer nuestro carisma en nuestras actividades, en nuestros barrios, en nuestras parroquias;
  • Para encontrar caminos nuevos para acercarnos a los niños y jóvenes más necesitados (inmigrantes, huérfanos, desorientados, afectivamente heridos, abandonados, explotados, parados…);
  • Para que nuestra vida de entrega sea atracción vocacional;
  • Para aprender del pasado con creatividad siempre nueva.

 

     ¿Añoramos con nostalgia el pasado diciendo: “cualquier tiempo pasado fue mejor”, o es fuerza para el presente? ¿Estamos anclados y paralizados o tenemos mucha vida y fuerza? ¿Creemos de verdad que este proyecto tiene futuro? ¿Cuánto estoy dispuesto a poner de mi parte para que el Proyecto siga adelante en el mundo de hoy?

 

     Que la Virgen Inmaculada, Reina de la paz, el p. Fundador, los religiosos y laicos pavonianos que nos han precedido y han sido ejemplo de entrega y generosidad, nos protejan y acompañen. Feliz año 2015 para todos.

 

Bilbao, 30 diciembre de 2014

Ricardo Pinilla Collantes