Sobre el Sínodo de la Familia y el recuerdo de nuestros difuntos

Queridos hermanos y laicos de la Familia pavoniana:

     Os saludo y escribo desde Brasil donde me encuentro visitando esta Provincia, que en estas tierras es expresión del carisma de nuestra familia. Debemos sostener con nuestra oración a estos hermanos y hermanas de la Familia pavoniana que camina en esta sociedad y en esta Iglesia con el corazón del Beato Pavoni construyendo el Reino de Dios.

 

Sínodo sobre la familia

     Ha terminado el Sínodo extraordinario sobre la familia. Queda ahora un tiempo de reflexión que concluirá con el Sínodo ordinario en octubre de 2015 y que dará como fruto un documento conclusivo sobre este tema tan importante para la sociedad y la Iglesia.

     Más allá de todos los debates que este tema ha provocado en los medios de comunicación sobre algunos aspectos relativos a la familia, debemos reflexionar sobre esta realidad tan importante para nosotros pavonianos:

ü Nosotros somos familia, no de sangre, sino por la común vocación y la común filiación. Debemos trabajar para que nuestras comunidades sean cada vez más familia, donde se reza, se comparte, se ama y se crece como personas y como discípulos del Señor. La comunidad presidida por Cristo es fuente de vida inagotable para el individuo.

ü Muchos  muchachos, jóvenes y personas con las cuales vivimos o entramos en contacto provienen o forman parte de familias “desestructuradas”; nuestra actitud debe ser de acogida, comprensión y ayuda, si no queremos perder o dar la espalda a tantas situaciones que conocemos. Mirar con amor y misericordia todas las realidades. Recordemos la actitud de Jesús que nos dice: “No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores”; “no necesitan médico los sanos, sino los enfermos”; “nadie te ha condenado, yo tampoco te condeno, vete en paz…”. Recordemos las palabras de Papa Francisco: “La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre… Pero hay otras puertas que tampoco se deben cerrar. Todos pueden participar de alguna manera en la vida eclesial, todos pueden integrar la comunidad, y tampoco las puertas de los sacramentos deberían cerrarse por una razón cualquiera… A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas” (EG 47). Recordemos las palabras de la Regla de vida que expresan el sentir de nuestro Fundador: “Hoy nosotros somos su familia. Ludovico Pavoni nos confió el compromiso de hacernos «todo a todos» por amor, mediante la realización de un servicio eficaz para la Iglesia y la sociedad, como respuesta a las necesidades de los tiempos. Como Pavonianos, somos conscientes del deber «de seguir su ejemplo, animados por el mismo espíritu»” (RV 5). 

 

Mes de noviembre: oración por los difuntos

     Nos unimos en este mes a toda la Iglesia que en actitud confiada eleva su mente y su corazón en una oración por las personas que han muerto precediéndonos en la fe. Espero que en todas nuestras comunidades, religiosos y laicos, celebremos una Eucaristía por nuestros difuntos: familiares, hermanos religiosos, laicos de la Familia pavoniana, amigos y bienhechores, muertos por violencia, por el egoísmo de los hombres, muertos sin rostro, olvidados, por los que nadie reza… sabiendo que todos le hablan a Dios de nuestra andadura personal y comunitaria. No lo olvidemos, ellos son nuestros intercesores ante el Padre. En este sentido, he visto con satisfacción como nuestros exalumnos tienen programado reunirse para honrar a nuestros difuntos. Gracias.

 

Cada uno de nosotros somos un don de Dios para el mundo

     Es bonito y bueno recordar que cada persona no viene a la vida por casualidad y su existencia no es fruto del azar; es un designio de Dios, es un regalo de Dios para la humanidad. Tú, yo, nosotros somos un don precioso de Dios. Nuestra misión como don de Dios es ser expresión de su amor y su misericordia como lo ha sido Cristo, como lo ha sido el Beato Ludovico Pavoni. Somos Providencia de Dios para el mundo. En nosotros el hermano debe ver el rostro, la bondad y la predilección de Dios. Cada uno somos presencia de Dios, somos terreno sagrado. Si cada persona es regalo de Dios, ¿quién soy yo para menospreciarla, arrinconarla, juzgarla y condenarla? Si tengo estas actitudes es porque no he experimentado el amor y la predilección de Dios sobre mí y esto me incapacita para la acogida, la misericordia y el perdón; en definitiva, me incapacita para amar. ¡Cuánto bien haría a nuestras comunidades, a nuestra Familia pavoniana considerar al otro, aunque diferente, como un don de Dios para mí! Esta es la base para considerarnos hermanos, no rivales o incluso enemigos, esta es la base para no caer en la cultura de la indiferencia respecto a nuestros semejantes. Esta es la base para considerarnos amados por el mismo Padre y don para el mundo y la sociedad de hoy. Desde esta perspectiva podemos seguir rezando el Padre Nuestro.

     Recordemos las palabras de Ludovico Pavoni: “Unidos por los estrechos vínculos de la caridad”.

     Puede parecer a primera vista que estas son unas consideraciones pías, pero creo que haríamos bien en reflexionar personal y comunitariamente sobre:

–      ¿Intento ver en el otro el rostro de Dios?

–      ¿Soy presencia de Dios para mis hermanos?

–      ¿La comunidad, la Familia pavoniana es espacio de encuentro con Dios para mí y para los demás?

–      ¿Somos indicadores del amor de Dios para el mundo de hoy?

–      ¿Nuestra forma de vivir despertará al mundo?

 

Agenda del mes de noviembre

3-7: Asamblea Nacional CISM (Tivoli-Roma).

7-9: Convivencia del grupo Saiano en Valladolid. “Enamórate”.

15: Grupo de trabajo PJV en Vicálvaro (Madrid).

20-21-22-23: Encuentros, asamblea, Consejo provincial en Belo Horizonte.

22-23: Grupo vocacional Naim.

26-28: Asamblea semestral USG en Roma. “Hacia nuevas relaciones para una cultura del encuentro”.

28-30: Jornadas de otoño de la Familia Pavoniana en Valladolid.

29: Comienzo de la novena de la Inmaculada.

 

     Que la Virgen Inmaculada y nuestro Padre Fundador nos protejan en el camino a nosotros y nuestro caminar como hijos del mismo Padre y por tanto hermanos.

     Un saludo fraterno y siempre agradecido

 

P. Ricardo Pinilla Collantes

Pouso Alegre 31 de noviembre de 2014