Queridos hermanos y laicos de la Familia pavoniana,
se abre ante nosotros el nuevo año 2014 de la era cristiana. Es bonito que también el año civil empiece en los días en que, con la liturgia de la Iglesia, celebramos la Natividad del Señor. Es el misterio de la encarnación del Hijo de Dios el acontecimiento más extraordinario de la historia de la humanidad. Y también el calendario civil nos lo recuerda. Lo recuerda al hombre de hoy y de siempre, quizá empujado a cerrarse a la perspectiva trascendente de la vida. «El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros» (Jn 1,14). Él es nuestra salvación, nuestra paz, nuestra esperanza.
Con el deseo y con la oración, nos auguramos que el Señor Jesús sea verdaderamente motivo y fuente de salvación, de paz y esperanza para cada hombre. Y entendemos que, por nuestra parte, colaboramos realmente a que el proyecto de amor de Dios se realice en la historia de la humanidad. Cada uno de nosotros tiene su parte que cumplir. Como Familia pavoniana tenemos una misión común que llevar adelante, tras las huellas del beato Padre Fundador.
Hacia el Capítulo general
La preparación del Capítulo general nos alienta a reavivar la conciencia del proyecto de Dios sobre nosotros y a verificar como lo estamos realizando. Nos anima, en consecuencia, a preguntarnos sobre cómo podemos encarnarlo cada vez mejor, a la luz de los momentos que estamos atravesando. Si nos acercamos adecuadamente al Capítulo general, si nos sentimos implicados en su preparación y celebración, si rezamos por su buen resultado, si todos nos sentimos corresponsables del carisma que nos une, este acontecimiento constituirá verdaderamente un momento de gracia para la Congregación, para su servicio a la Iglesia y a los jóvenes de hoy. Los Itinerarios de reflexión nos están ayudando y provocando a esa conversión y transformación que el Evangelio y los signos de los tiempos nos reclaman a cada uno, a nuestras comunidades y a la misión de toda la Congregación.
Además, el Capítulo general podrá recoger nuestras aportaciones y orientar el camino común para el próximo futuro. Las reflexiones de las comunidades sobre la primera parte del instrumento de trabajo, que ya han llegado, en general responden a lo que se esperaba y han empezado a ofrecer unas aportaciones significativas. Ponen en evidencia que sabemos ir a lo central de los asuntos propuestos, que tocan lo más vivo de nuestra experiencia y nos sacuden de nuestro posible embotamiento o de una cierta resignación que puede habernos prendido. Tratemos de retomar cuanto antes el trabajo sobre la segunda parte del instrumento para no andar corriendo en el último momento, antes del 31 de marzo.
Evangelii gaudium: la alegría del Evangelio
En el camino que estamos recorriendo, la Providencia nos ofrece una gran ayuda a través de la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, que el Papa Francisco ha publicado recientemente. Se trata de un texto de excepcional densidad, que representa la síntesis programática de su ministerio pastoral. La lectura de estas páginas puede ser una luz extraordinaria también para una comprensión profunda de nuestro instrumento de trabajo. Lo refuerza con estímulos vigorosos y dilata su horizonte. Los puntos cardinales de nuestros Itinerarios de reflexión encuentran en las palabras del Papa una aplicación penetrante y concreta.
Vida evangélica: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús” (1). “No nos dejemos robar el Evangelio” (97).
La comunión fraterna: “En la comunión, aunque duela, es donde un carisma se vuelve auténtica y misteriosamente fecundo” (130). “¡No nos dejemos robar la comunidad!” (92).
Los nuevos caminos para el anuncio del Evangelio, según el propio carisma: “La Iglesia en salida” (24). “Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que oran y trabajan” (262). “La primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, esa experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más” (264).
Son solamente unas pequeñas muestras; invito a todos a leer y releer este texto, a meditarlo, a dejarlo posar en el corazón, de modo que inspire una verdadera renovación de nuestra espiritualidad y de nuestra misión apostólica.
2015: Año de la Vida Consagrada
El Papa Francisco ha anunciado otro regalo para nosotros y para toda la Iglesia: la convocación de un año de la vida consagrada para 2015. Lo confió durante el encuentro que el 29 de noviembre pasado tuvo con los Superiores generales. Cuesta que la vocación consagrada sea comprendida de modo adecuado en el pueblo cristiano. Un año especial dedicado a ella podrá servir para hacer percibir su valor y significado. También deberemos tenerlo en cuenta en vista del Capítulo general.
El hecho de que en toda la Iglesia se reflexione sobre el don, sobre la vocación y sobre el sentido de la vida consagrada será una ocasión especial para la comprensión de nuestra identidad y para el conocimiento de nuestro carisma. Para nosotros supondrá un gran compromiso para ofrecer un testimonio auténtico de nuestro espíritu y de nuestra misión. Dependerá de nosotros prepararnos a vivir este año como un momento propicio, además, para la pastoral vocacional.
Seguro que podrá suscitar en los jóvenes creyentes un interrogante sobre el sentido de la vida consagrada como opción y llamada posible también para ellos. Celebrar el Capítulo general en los umbrales de este año único en su género, debe instarnos a identificar e intensificar iniciativas vigorosas de pastoral juvenil, para contribuir a una formación integral de los jóvenes, ayudándoles a comprender y plantear su vida como respuesta a los dones y a la llamada de Dios.
Hacia la canonización del padre Pavoni
Junto a esta carta una comunicación del p. Pedro Riva[1], postulador de la causa de canonización del Padre Fundador. Nos relata la marcha del proceso, actualmente en Roma, y presenta las etapas que podrían sucederse este año. Sigamos rezando por el buen fin de la causa y, sobre todo, para que esta perspectiva impulse la santidad de nuestra vida, la perseverancia de todos los hermanos, la atracción de nuevas vocaciones, la animación de toda la Familia pavoniana.
Con la agenda de enero, descubramos los santuarios más bellos, según el Papa Francisco
El 18 de octubre pasado, en la homilía en Santa Marta, el Papa Francisco invitó a realizar una peregrinación verdaderamente especial a «los santuarios de apostolicidad y de santidad que son las residencias de sacerdotes y religiosas». Unas estructuras que hospedan ―añadió― «buenos sacerdotes, buenas monjas, envejecidos, con el peso de la soledad, esperando que venga el Señor a llamar a la puerta de su corazón». Desgraciadamente ―comentó el Papa― tendemos a olvidar estos santuarios: «No son lugares bonitos, porque uno ve lo que nos espera». Visitarlos, pues, «nos hará bien a todos»; significa hacer «verdaderas peregrinaciones a estos santuarios de santidad y de apostolicidad», del mismo modo que las peregrinaciones que se hacen a los santuarios marianos o a los dedicados a los santos.
Acojamos de corazón esta invitación del Papa Francisco y tratemos de ponerla en práctica, empezando por visitar a los hermanos ancianos de nuestra Congregación.
Agenda de enero. Entre el 8 y el 10 en Tradate tendremos la reunión del Consejo general; en ella prevemos convocar el Capítulo general de julio y poner en marcha oficialmente todos los mecanismos previstos, incluida la elección de los hermanos que tomarán parte en él en nombre de toda la Congregación.
En la Provincia Italiana, el día 3 se reunirá en Lonigo la Comisión de pastoral juvenil y vocacional. El jueves 23, en Brescia están convocados los superiores y vicesuperiores de comunidad. En la semana del 26 al 31 se celebrará la Jornada de la misión pavoniana. El 1 y el 2 de febrero se desarrollará en Lonigo el 6º encuentro anual de la Familia pavoniana.
En Brasil, el 2 de febrero, en la iglesia parroquial de San Sebastián de Gama, el hno. Johnson Farias Marques emitirá la profesión perpetua. Recordémosle ante el Señor en la oración.
Que el Señor Jesús, nacido de María, conceda a este mundo nuestro el don de la paz. Que todos nosotros podamos ser agentes de paz, de esa verdadera paz que se caracteriza según la describe el beato Papa Juan XXIII en su encíclica Padem in terris (167): un orden que «se funda en la verdad, debe practicarse según los preceptos de la justicia, exige ser vivificado y completado por el amor mutuo, y, por último, respetando íntegramente la libertad.»
Es el mejor deseo para el nuevo año. Feliz 2014, con la bendición del Señor Jesús.
P. Lorenzo Agosti
Tradate, 1º de enero de 2014, solemnidad de Santa María Madre de Dios y Jornada Mundial de la Paz.