En la aplicación del Capítulo, nuevos nombramientos y arranque del curso

Congregación religiosa “Hijos de María Inmaculada” (Pavonianos)

El Superior general

Queridos hermanos y laicos de la Familia pavoniana:

Nos adentramos de forma cada vez más operativa en la fase post-capitular que está caracterizando este periodo de la vida de la Congregación.

Hemos procedido al nombramiento de las Direcciones provinciales. Les deseo un buen trabajo y os invito a todos, hermanos y laicos de la Familia pavoniana, a la máxima aceptación, cohesión y colaboración para favorecer el bien común. Reitero lo que he repetido ya otras veces y que constituye una profunda convicción mía. Cada hermano es precioso para la Congregación, independientemente del puesto que ocupe y de la tarea que desarrolle. Es más útil a la Congregación el que tiende seriamente a la santidad, el que vive y promueve la fraternidad de modo auténtico y convencido, el que se dedica con pasión y a tiempo lleno a la misión que se le ha confiado y contribuye a su expansión y renovación. Quien ocupa un rol más “alto” tiene una responsabilidad mayor, pero no es más importante que los otros. Cada uno es “grande” si se hace “pequeño”, si vive según el evangelio, si se pone al servicio de los hermanos, si, con la gracia del Señor y con humildad y disponibilidad, realiza todo el bien que le es posible en el sitio donde se halla, a quien encuentra en su camino, a quien está cerca de él, a aquéllos a quienes dedica su vida. Es el espíritu del evangelio, vivido por nuestro Padre Fundador, el que estamos llamados a encarnar y a testimoniar también hoy en la Iglesia y en la sociedad.

 

El tiempo favorable de la fase post-capitular (RV 518)    

Tanto en el ámbito personal como en los de comunidad y de Provincia, es éste el tiempo favorable para profundizar en el conocimiento del Documento capitular, para captar sus exigencias y para empezar a ponerlo en práctica. Ya he puesto de relieve en las cartas de los meses de agosto y septiembre (que invito a releer con atención) sus líneas de fondo. El pasaje evangélico de las bodas de Caná (Jn 2, 1-12) inspira su planteamiento y representa para todos nosotros una referencia constante. Sólo si somos fuertes “con la fortaleza de Dios” (CP 69), si invocamos, acogemos y nos dejamos guiar por el Espíritu de Cristo, que aparece encubierto en el vino bueno de Caná, podemos dar futuro a la misión pavoniana.

Es la comunidad religiosa, en colaboración con los laicos, el sujeto de la misión. El documento capitular estimula a reforzar la consistencia de la comunidad religiosa, para dar solidez y desarrollo a la Familia pavoniana y para promover la renovación de la misión.

En esta óptica ha sido elaborada la programación general post-capitular, a la que se referirá la programación de las Provincias y de las comunidades. Se han establecido también los temas del año. Para este primer año 2008/09 el tema es: Comunidad unida.

 

Comunidad unida

En un pasaje del Documento capitular leemos: “Estamos convencidos de que una prioridad de hoy consiste en ser percibidos como hermanos unidos en la misión” (3).

El acento de este primer año quiere versar sobre la unidad de la comunidad.

La unidad de la comunidad nace del estar reunidos en el nombre del Señor y en torno al Señor, en el compartir la misma vocación; y se expresa y se manifiesta en el espíritu de familia, o sea, en la comunión de vida. En la respuesta a la primera pregunta contenida en el Documento capitular se subraya nuestra voluntad de ser “hombres de Dios” y  “expertos de comunión” (1 a.b).

Esta realidad da fundamento a nuestra comunidad.

*** La comunidad está unida ante todo en torno a Cristo, en torno a su Palabra y a la Eucaristía. Es Cristo, es la Eucaristía la que nos convierte en comunidad, la que nos hace “una cosa sola” (Jn 17,11.21-22).

“Queremos ser hombres de Dios... en la escucha atenta y en la condivisión de la Palabra” (1 a).

De aquí deriva el compromiso de la “lectio divina”: cada día personalmente y semanalmente como comunidad que escucha, medita, reza y comparte la Palabra.

“Queremos ser hombres de Dios... en la oración asidua” (1 a).

Nos comprometemos a valorar la oración personal y la comunitaria, basada diariamente en la Eucaristía y en la Liturgia de las horas. Le reservamos un tiempo adecuado (“alrededor de dos horas”: RV 392), cuidamos la calidad, abriéndola frecuentemente a los laicos y a los jóvenes.

Damos importancia al calendario pavoniano y a las figuras de María y el Padre Fundador.

Intentamos ser fieles a la meditación semanal de la Regla de Vida. Además, ponemos en marcha la práctica de leer cada día, de forma continuada, un párrafo de la Regla de Vida después de la lectura breve de los Laudes,  de la Hora Intermedia o de las Vísperas.

“Queremos ser hombres de Dios... en una siempre renovada fidelidad a la consagración religiosa” (1 a).

La comunidad religiosa da testimonio de su unidad e identidad en la fidelidad y la alegría con que cada hermano vive su propia consagración al Señor a través de los consejos evangélicos.

A todos se nos pide “un esfuerzo mayor para una formación seria e innovadora” (1.3) y el esfuerzo por “intensificar la atención por las vocaciones consagradas” como “garantía de continuidad carismática” (3.3).

***  La comunidad manifiesta su unidad en el espíritu de familia, nuestro modo de expresar la comunión de vida. “Queremos ser expertos de comunión” (1b).

“Consideramos que la comunión es precisamente la primera misión de la comunidad” (1.1). Una auténtica vida de comunión nos ayuda a afrontar mejor la misión. Por eso, volvemos a dar centralidad a la comunidad religiosa. “Cuidamos las relaciones interpersonales” (1.1). Consolidamos la praxis de los encuentros comunitarios, con un ritmo semanal. Prevemos en el horario semanal o periódico momentos de vida comunitaria, a los cuales invitamos a veces también a los laicos colaboradores y a los jóvenes.

“Consideramos que la presencia simultánea de jóvenes, adultos y ancianos en la Congregación es una riqueza” (3.4). Estamos llamados a ser comunidades que promueven el sentido de pertenencia a la Congregación y que irradian el carisma pavoniano.

— Sobre este argumento de la vida de comunión, así como sobre el de la experiencia de Dios, que constituyen los ámbitos del tema de este año Comunidad unida, encontraremos otras alusiones en las partes correspondientes de la Programación general, que retoma y organiza los objetivos y las indicaciones operativas presentes en el Documento capitular.

En camino

— En el reciente encuentro del Consejo general hemos tomado otras decisiones. El p. José Regazzoni ha sido confirmado como Administrador general. Con él colaborarán también el hno. Delio Remondini y el hno. Ezio Zanlucchi, con el cometido de promover la puesta en práctica del Documento Pobreza, gestión evangélica de los bienes, misión. El p. Julián Piva ha sido confirmado como Procurador ante la Santa Sede y el p. Pedro Riva como Postulador general.

— En España, el 12 de octubre volverán a celebrarse los encuentros de los Grupos Saiano, mientras que del 17 al 19 se desarrollarán en Salamanca las Jornadas de otoño de la Familia pavoniana, con la presentación del Documento capitular y la condivisión de la experiencia del 38º Capítulo general.

— En Brasil, adonde iré mañana y permaneceré hasta primeros de noviembre, del 10 al 12 animaré el retiro de los jóvenes religiosos y, a finales de mes, participaré en los tradicionales encuentros de los administradores, de los superiores y vicesuperiores, y de los formadores; durante los días 1 y 2 de noviembre se celebrará también la Asamblea de la Familia pavoniana.

— En Monza, el sábado 18 de octubre está convocado el Consejo de Federación de nuestros Antiguos Alumnos.

— Nos sentimos especialmente unidos en este mes de octubre a toda la Iglesia por la celebración del Sínodo de los obispos sobre la Palabra de Dios, mientras estamos viviendo un año dedicado a la figura del apóstol Pablo.

 — La luz de la Palabra de Dios ilumine nuestros pasos y nos ayude a crecer en la fraternidad, a mirar la realidad con ojos de fe y a poner por obra el proyecto de Dios sobre nuestra vida y sobre la Congregación. Invoco sobre todos la intercesión de la Virgen Inmaculada y del beato Padre Fundador y os saludo en el Señor.

     

P. Lorenzo Agosti

Tradate,  a 1 de octubre de 2008.