En esta 5ª semana de Pascua, nos llega el testimonio de la Semana Santa llanera y algunas fotos

La Semana Santa en Villavicencio ha sido un momento especial en el que hemos podido comprobar la gran aceptación de nuestra parroquia y nuestra comunidad. Observamos con dicha, cómo comienzan a aparecer líderes juveniles y parroquiales, junto con la Familia pavoniana, que han puesto toda la carne en el asador para que estas celebraciones y encuentros fueran inolvidables. No pudimos conseguir el pollino, pero el Domingo de Ramos, los catequistas de primera comunión, construyeron un burrito de cartón y maquillaron al niño que representaba a Jesús. Aunque está prohibido la utilización de la palma de cera, muchas personas llevaban ese bonito emblema de Colombia que le daba un colorido especial a esa procesión y al pasar por todas las cuadras de nuestra parroquia, recordábamos el primer domingo de Ramos en Jerusalén.

El lunes, martes y miércoles santo hicimos la pascua infantil y juvenil. La primera, realizada por las mañanas, la animó el hermano Juan José junto con los catequistas y Óscar, un joven que vino desde Bogotá, con dinámicas, juegos, canciones, oración y hasta un sancocho comprado entre todos y preparado al fuego con mucho esmero. Consideramos importante hacer esa pascua, aunque los niños no entiendan mucho porque así se les va preparando para cuando sean jóvenes y a la vez van saboreando la grandeza de estas fiestas pascuales. Nuestra vida y nuestra fe no está hecha de muchos razonamientos sino de muchas vivencias.

Por la tarde, el hermano Jesús, con la ayuda de algunos líderes juveniles, realizaron la pascua juvenil, tratando de explicar a los jóvenes a través de dinámicas la importancia del Triduo Pascual. El lema de esta pascua fue "Salvados en la esperanza" y asistieron unos 40 jóvenes. El miércoles acogimos también a los jóvenes de las parroquias del arciprestazgo y concluimos la pascua con una fogata y la rumba que anticipaba la alegría de la resurrección.

Lo importante es que cuando llegó el triduo pascual, esos niños y jóvenes estaban muy preparados e ilusionados y se notó su participación en la parroquia. Los niños hicieron de Apóstoles en el Lavatorio de los pies. La Hora Santa (que se realizó de las 18 a las 00 h.) fue preparada por los distintos grupos parroquiales. También los jóvenes y niños participaron animado este momento.

El Viernes Santo de nuevo los niños y los jóvenes dramatizaron las estaciones del Viacrucis que se realizó de las 8 a las 11 de la mañana y recorrió toda la parroquia. Ese mismo día, por la noche, hicimos la procesión de las Siete Palabras, predicadas por el hermano Juan José y la velación del santo sepulcro en el patio de nuestra casa, hasta las 12 de la noche.

 Al día siguiente, el Sábado Santo,  madrugamos a las 5 de la mañana, para realizar el Rosario de la Soledad, observando así al lucero de la mañana que señoreaba el bonito amanecer llanero.

Por la noche, en la Vigilia Pascual, fue la gran apoteosis, los jóvenes prepararon y dramatizaron el momento del fuego. Es verdad que falló el truco de la alambre, pero después echaron gasolina y con una gran explosión de luz se dio inicio a gran celebración de la Noche Santa.

Lo bonito era ver la fe y emoción que se respiraba en esa vigilia. Realmente la gente humilde vive la Semana Santa con una gran intensidad y devoción. Jesús es para ellos el sentido de su vida, el alfa y la omega de su existencia.

Nosotros terminamos agotados, pero contentos y poniendo nuestra esperanza en el Señor Resucitado.

Ya han pasado cinco semanas ¿todavía arde vuestro corazón?


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