El p. Dario Brugnara nació el 28 de enero de 1910 en Ceola di Giovo (Trento). A los 14 años se presentaba al Rector de la casa de los Artigiganelli de Trento como aspirante a la vida pavoniana. Cursó estudios en Pavía y en 1928 empezó el noviciado en Brescia, en la casa de la calle Angela Contini. Hizo la primera profesión el 12 de octubre de 1929, siguiendo su formación en el Instituto de Brescia. En 1932, después de la profesión perpetua fue destinado a Roma, para asistir al Pontificio Ateneo del Seminario romano y cursar la teología, residiendo en la comunidad de San Bernabé de Roma, que ese mismos año nos fue confiada. Fue ordenado sacerdote en Roma, el 28 de julio de 1935, y el año siguiente obtenía la licenciatura en Teología.
Los setenta años de su ministerio sacerdotal, los podemos clasificar en tres períodos. Después de dos años como vicerrector del Instituto de Milán, inició el primer período de su servicio, trabajando con los jóvenes aspirantes a la vida religiosa en la Congregación. Desde 1938 hasta 1948 fue profesor en nuestro seminario de Brescia y desde 1948 hasta 1960 fue maestro de novicios, primero en la casa de la calle San Donnino de Brescia y después a partir de 1957 en Tradate. En 1960 fue elegido Superior general de la Congregación. Bajo su generalato la Congregación inicia en 1962 su presencia en España y fueron abiertas en Italia las casas de Montagnana y de Fermo, y en Brasil las de Niteroi, Sâo Paolo y Bello Horizonte. Fue además proyectada, construida e inaugurada la casa de Susá di Pergine. En 1966 comienza la tercera fase de su ministerio, con el servicio pastoral en la parroquia de San Bernabé de Roma, desarrollado hasta 1997, cuando por problemas de salud, fue enviado a la casa de Susà. Este período tuvo también un intervalo de seis años como superior desde 1969 hasta 1975 en la casa del Instituto Pavoni para sordos, en Brescia.
El p. Dario fue un hombre de Dios, totalmente convencido y dedicado a la causa de la vocación religiosa a la que se sintió llamado. Severo y exigente consigo mismo, lo era también con los que le eran confiados para su formación, porque deseaba que todos llegasen al máximo de sus posibilidades espirituales y apostólicas. El p. Dario destacó también por el estudio y el amor hacia el Padre Fundador. Contribuyó a la publicación de los escritos del padre Pavoni, a la búsqueda de nuevas fuentes y a la divulgación del espíritu genuino de nuestro Padre Fundador.
El p. Dario pasó los últimos años en la oración prolongada e intensa y en la fidelidad a las exigencias de la vida comunitaria, según el espíritu y la letra de la Regla. Pasado el umbral de los 70 años de sacerdocio, después de una breve enfermedad, el 24 de junio de 2005, el p. Dario llegó a la casa del Padre. Su cuerpo reposa en el cementerio de Ceola di Giovo (Trento).
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