Todavía no había cumplido 30 años. Era religioso pavoniano desde hacía seis años y sacerdote desde el 12 de julio de 1997. A primeras horas del 17 de marzo de 1999 su vida acabó con un accidente de tráfico. Estaba regresando de un encuentro de animación vocacional: había hablado, había propuesto, había invitado... y cerca ya de casa, le llegó también a él una invitación, la última y la más importante.
Silvério Fávaro nació el 3 de mayo de 1969 en Jacutinga, en Minas Gerais (Brasil), el último de cuatro hermanos. En 1988 entró en el Seminario diocesano de Pouso Alegre, donde hizo el trienio de Filosofía. Durante el segundo año, en los fines de semana, participaba en los encuentros formativos de catequistas, organizados por un equipo en el que estaba el p. Lorenzo Florio. Mientras, maduraba en él una nueva vocación, la llamada a la Vida Religiosa. Después de consultar con los familiares y con los sacerdotes que lo dirigían, pidió hacer una experiencia en la Conlgregacilón para conocerla mejor y para descubrir con mayor claridad su propia vocación. Fue enviado a Vitória. Él mismo consideró ese periódo como muy útil. Inició el noviciado en Belo Horizonte el 2 de febrero de 1992, y el año siguiente hizo su primera Profesión en Sâo Paulo. Después inició los estudios de Telología. A petición suya, pasó un año en Italia, para conocer mejor la Congregación y sus actividades, los lugares pavonianos y las diversas Comunidades. El 8 de diciembre de 1996 en el Santuario de San Antonio en Vitória, emitió la Profesión perpetua. Después de la ordenacón sacerdotal, que tuvo lugar en la iglesia parroquial de su pueblo natal, el 12 de junio de 1997, asumió el encargo de formador de los Religiosos jóvenes, en Belo Horionte. No fue fácil ni para él ni para los jóvenes entenderse, pero todos reconocieron la seriedad y el empeño con el que el p. Silvério desarrollo el encargo que la obediencia le había confiando.
Estando en Belo Horizonte, había asumido el encargo de la Animación vocacional en la zona de Patos de Minas, llegando a óptimos resultados; gracias a él, aquella casa acogió un buen número de aspirantes a la vida pavoniana.
Su último encargo fue el de Vicesuperior en Pouso Alegre, Director de la Escuela Profesional, Responsable de los prenovicos y del Centro de Orientación Vocacional, Encargado provincial de la animación vocacional y de la primera Formación. No eran encargos sin importancia. Precisamente en el ejercicio del servicio de la Animación se encontró con la muerte: un accidente, a la una de la mañana, ya cercano a casa... pero más cercano todavía a la casa del Padre, que lo quiso con Él. |